Caso Abierto - La Opinión de Murcia

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Judicial

El doble crimen de Sangonera ya tiene veredicto: Antonio no mató a sus padres

Los investigadores ya habían admitido que no había indicios en la casa de que Antonio P.C. asesinó a cuchilladas a sus progenitores en octubre de hace tres años: el jurado confirma que no hay pruebas

Antonio P. C., en la Audiencia Provincial de Murcia, en la primera sesión de la vista. ISRAEL SANCHEZ

"Lo que quiero es que ustedes se pregunten si el que no me agrade este señor es razón suficiente para condenarlo por un homicidio", espetó a los miembros del jurado, en la primera sesión de la vista, el abogado Juan José Castaño, defensor de Antonio P. C., el hombre que desde mediados de junio se sentaba en el banquillo de la Audiencia Provincial de Murcia, acusado de matar a sus padres a cuchilladas en Sangonera en octubre de hace tres años. Antonio se enfrentaba a una pena de 30 años entre rejas solicitada por el Ministerio Público. A lo largo de las sesiones del juicio, investigadores fueron testificando y dijeron, por ejemplo, que no había pruebas que apuntasen a este hombre en el interior de la casa en la que aparecieron los cadáveres. Se ensañaron con la mujer, Mª Trinidad, de 79 años, que presentaba hasta once cuchilladas; el del hombre, Pedro, de 85 años, solo un puñalada letal, en la región cervical izquierda.

Este jueves, turno del jurado, que emitió su veredicto. Los miembros del tribunal popular consideran que no hay pruebas para condenar a Antonio del doble crimen. Por tanto, es declarado no culpable.

"Usted tiene que estar tranquilo hasta que yo le explique cuál es su situación", dejaba claro el magistrado presidente, Augusto Morales, al acusado antes de que la portavoz del jurado hablase.

"No queda probado que el acusado haya cometido los hechos", dijo la mujer. No probado por mayoría: a favor, 5; en contra, 4.

Se ensañaron con la mujer, que presentaba hasta once cuchilladas; el del hombre, solo una, en la región cervical izquierda

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El magistrado felicitó a los jurados por su trabajo. "Felicito tanto a la mayoría que ha optado por una posición como a la minoría discrepante: un juez profesional como yo es perfectamente consciente de las razones por las que la mayoría ha decidido no condenar", expresó. "No me voy a pronunciar por quién ha acertado o no", detalló, y aludió al in dubio pro reo (principio jurídico de que en caso de duda, por ejemplo, por insuficiencia probatoria, se favorecerá al sospechoso).

Ahora el magistrado ha de redactar la sentencia, en la cual "se va a explicar todo", dejó claro, antes de disolver el jurado y decretar la libertad provisional de Antonio, que, de momento, "vuelve a prisión, por si tuviese otras causas pendientes".

"Tiene usted que volver custodiado, sabiendo que va a quedar en libertad por estos hechos", dijo luego a Antonio, ya exonerado.

En una sesión del juicio, un miembro de la Benemérita admitió que no se hallaron en la casa del matrimonio asesinado pruebas de que los mató su hijo. Las posibles pruebas, apuntó otra de las investigadoras que testificaron, las habría borrado la deflagración que se produjo. 

A su juicio, si uno o más asaltantes hubiesen accedido a la vivienda con intención de robar, “yo no veo a esas personas con una capacidad de enfrentarse a los autores físicamente”. “Son dos personas mayores, vulnerables”, manifestó, para detallar que no era difícil reducirlos.

Antonio siempre ha dicho que él no acabó con la vida de sus padres. Que en el momento del crimen estaba comprando droga en Alcantarilla. Le trajo un amigo desde Caudete a Murcia. A este hombre lo arrestaron, junto a su entonces esposo, Santiago, en la vecina provincia de Albacete días después del hallazgo de los cuerpos del matrimonio en su domicilio. Ambos, Antonio y Santiago, eran prófugos de la Justicia. Santiago, tras terminar de cumplir la pena que tenía pendiente, fue liberado y no está investigado por el doble crimen. Luego rompió su relación con Antonio.

Señalado por ser gay

"El maricón del pueblo, esa fue la primera reacción de mi padre. Luego abrió su corazón, dijo ‘eres hijo mío, has salido así, qué le vamos a hacer’", declaró el acusado, cuando comenzó la vista. También habló de sus hermanos mayores, uno de los cuales es militar y el otro guardia civil. Ambos con ideas conservadoras, ambos les culparon del crimen y no vieron con buenos ojos, según detalló él mismo, que fuese gay. "Con mis hermanos la relación ya era fría, pero cuando salí del armario pasé a ser un despojo", lamentó entonces.

Los cadáveres aparecieron en una vivienda de Sangonera en el puente del Pilar de hace tres años. Fue una vecina que solía ir a diario a ver a la pareja la que dio la voz de alarma. Esta mujer llegó y se encontró la puerta abierta, entró en la vivienda, un bajo, y vio que estaba todo revuelto y en una de las habitaciones los dos muertos: Pedro, tumbado en la cama, y Trinidad en el suelo. A ella la habían cosido a puñaladas. Él llevaba una cuchillada, "una herida profunda", en la región cervical izquierda, lo cual le produjo la muerte inmediatamente por shock hipovolémico, por la cuantiosa pérdida de sangre.

Con la absolución de Antonio, falta saber quién mató de una forma tan salvaje a la pareja.

Satisfacción de su abogado

"El veredicto que se ha dictado hoy no es sino el reflejo de la capacidad del pueblo para administrar justicia. Con atino, el jurado ha determinado que, ante la ausencia de prueba de cargo, se imponga el principio de presunción de inocencia, consagrado desde hace más de 2.000 años, el cual, no es más que un contra peso frente a la arbitrariedad, de esta forma solo podrán ser condenados aquellos que, tras un juicio con todas las garantías, resulte acreditada su participación en los hechos y por ende su culpabilidad". Así se expresaba, horas después del veredicto, Juan José Castaño, el abogado de Antonio.

Según el letrado, "el resultado de 5 a favor y 4 en contra evidencia la complejidad de la causa, al igual que la difícil labor de substraer el corazón de la razón. A falta de prueba directa, la acusación se basaba en la prueba indiciaria, prueba cuya complejidad dificulta muchísimo la labor de los tribunales profesionales abriendo paso a los ulteriores recursos", remarcó. "En definitiva, y en lo que al abogado de la defensa respecta, de vez en cuando, tiene uno la suerte de ser participe de que se haga justicia, como es el caso", celebró al respecto.

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