Investigación

Investigan una paliza de miembros de una empresa 'desokupa' a tres inquilinos en Murcia

"Nos pegaron y nos encerraron durante dos horas en el garaje", dice Fátima, que ha presentado una denuncia por lo sucedido en la vivienda que tenía alquilada en Monteagudo

Un agente de la Guardia Civil, junto a su vehículo.

Un agente de la Guardia Civil, junto a su vehículo.

Ana Lucas

Ana Lucas

«Acabamos en el Reina Sofía, porque me dolía el cuello, la muñeca… grité mucho, nos cogieron y estuvimos dos horas encerrados en el garaje». Así se expresa Fátima, una mujer de 57 años que, según explica a LA OPINIÓN, ha denunciado ante la Guardia Civil que miembros de una empresa ‘desokupa’ la agredieron a ella, a su hermano y a un amigo de 73 años de edad para sacarlos de su casa de Monteagudo, en Murcia

El Instituto Armado ha abierto una investigación para tratar de esclarecer qué pasó y buscará en las imágenes de las cámaras de seguridad, por si hubiesen captado algo de lo que denuncia Fátima. Además, previsiblemente se tomará declaración a los dueños de la vivienda, ya que, según la mujer, ellos estaban presentes aquel día y se introdujeron en el domicilio una vez que los trabajadores de la empresa de desalojos la habían sacado a ella y a sus allegados.

Una empresa ‘desokupa’ es una firma de seguridad privada que se especializa en desalojar viviendas. Aseguran desde el sector que dialogando, pero, admiten fuentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, algunos trabajadores de este tipo de organizaciones (la mayoría de ellos, hombres fornidos) actúan vulnerando en muchas ocasiones cualquier tipo de legalidad, como se investiga si es este caso.

La Policía Judicial revisa las cámaras de la zona y citará a los dueños de la casa, pues la víctima dice que estaban ahí

Y es que Fátima, que no es okupa, afirma que paga religiosamente su alquiler y los suministros, y que posee recibos que así lo acreditan, pero que su casera lleva desde antes de Navidad diciéndole que necesita la vivienda. Sin embargo, la inquilina no puede pagar más que los 300 euros que abona por este arrendamiento y se resistió a irse. Hasta que el pasado miércoles tuvo lugar el ataque denunciado.

"Me duele todo el cuerpo"

«Yo no entiendo dónde estoy. Estoy sin dormir, sin comer, me duele todo el cuerpo», dice la mujer, que reside ahora con unos familiares. Fátima hace hincapié en que, el día de la agresión, sobre las cuatro de la tarde, los atacantes aprovecharon que su hermano había bajado a la calle para, cuando volvía a entrar en la vivienda, ir tras él. Fue el primero al que encerraron en el garaje. 

Mientras la mujer se encontraba en su hogar, «de pronto aparecieron cuatro hombres, gritando ‘fuera, fuera, fuera’ Yo grité: ‘Dios mío, ¿qué es lo que pasa?’ Me cogieron cuatro personas y me metieron al garaje», rememora.

A su amigo, italiano de 73 años que residía con ella, «lo empujaron y también metieron en el garaje», manifiesta. Entonces, asegura Fátima, los intrusos comenzaron a sacar sus enseres a la vía pública. Enseres entre los cuales había «oro y 300 euros» que, tal y como denuncia la mujer, se han extraviado.

Sabe que pertenecían a una empresa de desalojos porque, destaca, vestían camisetas negras con el nombre y logo de la firma. Además, la presencia de los propietarios de la casa, a los que, asegura, llegó a ver, le hace sospechar que fueron ellos los que contrataron los servicios de la sociedad.

"Yo la volví una casa"

La vivienda en cuestión «yo la volví una casa», considera Fátima, para añadir que «puse la cocina nueva y las ventanas nuevas». Además, «compraba cada mes un paquete de 10 euros para matar ratones y ratas».

Fátima no comprende por qué le ha pasado esto, ya que «no tengo problemas con nadie». De hecho, afirma que ella pidió a su casera que la ayudase a encontrar una vivienda asequible, para poder mudarse.

Desde hace un par de veranos, el debate de la okupación volvía a ponerse de moda, cuando distintos partidos políticos ponían sobre la mesa la posibilidad cambiar la ley para que se produzcan desalojos rápidos. Fue entonces cuando comenzaron a florecer las empresas ‘desokupas’, que en más de una ocasión se han vuelto envueltas en problemas judiciales.

El pasado otoño, la Policía Local capturaba, en la vecina Comunidad Valenciana, a tres supuestos miembros de una sociedad especializada en este tipo de ‘desokupaciones’ tras irrumpir, de madrugada, presuntamente por la fuerza en un inmueble, con el rostro oculto con pasamontañas y portando objetos punzantes para intimidar a la pareja que ahí residía.

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