Treintañeros | 35º Aniversario LA OPINIÓN

Domingo Antonio Sánchez: "Mi vocación médica me empuja a implicarme en la representación"

Ha luchado por sus derechos desde que tiene uso de razón y ahora también lo hace por los de todos los médicos jóvenes de España. Lorquino y murciano acérrimo, Domingo quiere que nuestra Región sea escuchada

Domingo Antonio Sánchez

Domingo Antonio Sánchez / Juanchi López

Alfonso Asensio

Hay personas que llevan dentro lo de luchar sin descanso por sus derechos y las causas que les parecen justas y que dan un paso adelante por los que lo necesitan. Domingo Antonio Sánchez (Lorca, 1992), médico oncólogo del Hospital Virgen de la Arrixaca, es una de ellas. Ligado desde su etapa escolar a la representación, Domingo siempre ha estado “metido en todos los jaleos” porque le gusta “implicarse en las causas de la sociedad”. El delegado de clase se convirtió en Representante Nacional de Médicos Jóvenes de España mientras dejaba huella allá por donde pasaba, incluido un Ministerio de Sanidad que se vio obligado a escuchar su protesta.

Nos atiende mientras sale del hospital después de aplicar los últimos tratamientos de quimio del día. Es el final de otra jornada en el trabajo que siempre soñó y por el que pelea cada día con la intención de hacerlo mejor.

El médico cuenta su trayectoria con sencillez, aunque pronto desvela su gran determinación. “Nací en Lorca, donde pasé también mi etapa escolar. Más tarde comencé la universidad en Murcia y ahora soy oncólogo en el Hospital Virgen de la Arrixaca. Siempre he estado metido en todos los jaleos, porque me ha gustado implicarme en las causas de la sociedad desde que tengo uso de razón”, asegura. “En el colegio estaba en el consejo escolar, luego entré en una asociación de la escuela de idiomas para mejorar las condiciones que teníamos en Lorca y más tarde conocí toda la representación universitaria, mucho más reglada”, explica. No le asustó demasiado. “En septiembre comencé la carrera y en octubre ya estaba en Sevilla representando a la Universidad de Murcia en el consejo estatal de estudiantes de Medicina”, añade.

Hay que mejorar muchas cosas y no podemos consentir la dejadez de no actuar

En este consejo, Domingo sintió que cursaba un grado de Política Sanitaria paralelo al Grado en Medicina. “Allí fui coordinador de un grupo de trabajo de residencia y profesión, vicepresidente externo y tesorero y conseguimos algunos hitos que mejoraron nuestro entorno social. Incluso llegamos a realizar una manifestación lo suficientemente importante como para que nos recibiera la Ministra de Sanidad”, afirma. No fue una experiencia demasiado grata. “Desde ahí tengo la sensación de que la política va por un lado y el sentido común por otro”, argumenta.

Con el final de sus estudios de Medicina llegó también su alejamiento de la representación. “Al acabar la carrera salí de Murcia para estudiar el MIR y dejé la representación para centrarme. Fui a Oviedo, me preparé el MIR durante ocho meses y saqué un buen número que me permitió coger una especialidad y decidir dónde llevarla a cabo”, apunta. “Elegí oncología porque comparte una serie de elementos muy potentes. Es una especialidad clínica con mucho trato humano y una proyección a futuro importantísima donde también existen elementos de gestión muy grandes”, expresa Domingo. La localización tampoco fue una elección al azar. “Decidí volver a Murcia porque mis abuelos estaban mayores y en casa somos muy familiares. Era importante estar en la última etapa de sus vidas y ayudar en lo posible”, cuenta.

Una vez estabilizado como residente, Domingo admite que “no ha escarmentado” todavía. “Volví a la representación como vocal de médicos jóvenes del Colegio de Médicos de Murcia y paralelamente fui elegido presidente del Comité de Empresa del Servicio Murciano de Salud en la época del Covid. Más tarde me convertí en el representante nacional de todos los médicos jóvenes de España”, repasa. El oncólogo no puede darle la espalda a sus creencias y asegura que la lucha por mejorar la sanidad también es su vocación. “Mi vocación médica es lo que me lleva a implicarme en la representación, la misma por la que me levanto a las cinco de la mañana estudiando el mejor planteamiento para mis pacientes. Hay que mejorar muchas cosas y no podemos consentir la dejadez de no actuar”, reitera.

Su portada

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Centrado en mejorar el futuro, Domingo es feliz con su presente, pero no se conforma. “Pienso que siempre se puede ir a más. Mi experiencia me ha llevado al momento en el que estoy y tengo que disfrutarlo y ser consciente. Podía haber escogido caminos más fáciles y siempre me lo dicen, pero creo que todo influye para hacerte quién eres hoy”, comenta. El oncólogo ve su futuro “algo incierto” por la “precariedad que sigue existiendo” en la Región, pero es eso mismo lo que le lleva a pelear. “Soy un murciano acérrimo, un lorquino de pro y me gustaría seguir en Murcia, pero las oportunidades pasan y en un momento dado puedo salir para seguir creciendo. He tenido ofertas para ir a los países nórdicos o Bruselas, pero creo que el potencial de Murcia es imparable. Los murcianos somos humildes, generosos y nuestro carácter es potente, por lo que tenemos mucho que decir en política sanitaria a nivel nacional. Eso es lo que no me gustaría perder”, manifiesta. Lo mismo piensa sobre los médicos jóvenes. “Su futuro debe ir a mejor”, señala el oncólogo.

Antes de dejarnos, el joven médico deja un mensaje para nuestro medio, que ha servido en más de una ocasión para dar voz a sus protestas y con el que ha tenido trato personal. “Mi relación con La Opinión comenzó en la época universitaria, donde establecí amistades dentro del periódico y siempre se me ha dado voz para expresarme libremente y con veracidad. Creo que La Opinión es uno de los máximos exponentes de la prensa murciana y es uno de los periódicos que leo día a día por la calidad de sus artículos. Me parece un diario serio y con buena proyección”, concluye Domingo