Opinión | Mamá está que se sale

CalmChat

Ahorrar tiempo y dinero en salud mental mejora la sociedad

Gabriel Abellán, Tomás Murcia, Javier Ruiz y Francisco Javier Sánchez, finalistas del concurso 'Emprende con Villanueva' con su proyecto 'CalmChat'

Gabriel Abellán, Tomás Murcia, Javier Ruiz y Francisco Javier Sánchez, finalistas del concurso 'Emprende con Villanueva' con su proyecto 'CalmChat' / Colegio Monteagudo-Nelva

Gabriel, Tomás, Javier y Francisco Javier son unos chavales de 16-17 años que presentaron su proyecto empresarial a un concurso de emprendimiento. Hasta aquí, normal, ya en mis tiempos había concursos empresariales. Lo novedoso es que, en vez de presentar un modelo de inversión en bolsa, o un cohete espacial, han ideado y montado una herramienta de inteligencia artificial para acompañar y ayudar a tratar problemas de salud mental. Me parece una idea buenísima.

Por un lado, gracias a los patrones definidos por inteligencia artificial y a partir de la información vertida por el usuario, ‘CalmChat’ propone un diagnóstico inicial. Y por otro, ofrece la posibilidad de que un profesional use toda esa información para abordar el tratamiento propiamente dicho, ahorrándole al usuario parte del coste de una terapia tradicional. No nos engañemos, los recursos necesarios para diagnosticar y tratar una enfermedad mental son muchos: hace falta serenidad, cariño, empatía del entorno, descanso… pero, sobre todo, hace falta dinero para acudir a un especialista. Uno que te conozca, que desbroce lo que te pasa, que descarte opciones… y hasta que llega al grano ha pasado un tiempo. Y luego, otra cosa, cuando hablamos de recursos en salud mental no hablamos solo de dinero. Las enfermedades mentales son invisibles, a veces incluso para el propio ‘doliente’, que a veces cree que es normal todo lo que le pasa, o hasta lo oculta. El tiempo es oro en estos casos.

Además, socialmente sigue dando cosilla contar que tienes un problema de ese tipo. El que tiene cualquier otra enfermedad, por grave que sea, no tiene reparo en contarlo o en pedir ayuda, lo cuenta hasta en el ascensor. Pero esto no pasa cuando hablamos de depresión, de ansiedad o de otras cosas. ‘CalmChat’ ofrece esa discreción tan necesaria para ayudar a andar ese camino. ¿Tú no meterías en un ‘bot’ los pensamientos que te pasan por la cabeza cuando tienes un mal día? Si te digo la verdad, para contarle ciertas cosas a quien sea, prefiero una máquina. Alguien que no me dé consejos que me sé dar yo sola. Y, de paso, que no me pregunte por ‘eso’ cuando me vea dentro de un mes y no tenga gana de acordarme.

¿A que te parece normal que hayan quedado finalistas? Y, entre tú y yo, aparte de la idea de negocio brutal que me parece, por lo que yo también les daría un premio, es por la visibilidad que le han dado a la salud mental. La visión eminentemente práctica del tratamiento necesario. Cada vez sabemos más de salud mental y poco a poco se va conociendo que son enfermedades reales y concretas, que necesitan soluciones igualmente reales y concretas. La salud mental no es cosa de locos. Menos aún en este mundo, precisamente de locos, en el que vivimos

¡Buena suerte, chicos! 

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