Opinión | Mamá está que se sale

Graduación

Todos hemos visto a personas, familias, empresas e incluso países derrumbarse por su incapacidad para separar caprichos personales de obligaciones elementales. No cometáis esos errores

Ha llegado el día. Hoy es vuestra graduación. Suena a cliché, pero es verdad que ha pasado un segundo desde que os matriculamos por primera vez en infantil.

Mientras escribo eso, Fernando ha colgado la última foto de la promoción. Ha retratado tantos momentos vuestros que, si lo juntamos todo, sale vuestra vida. En esta salís como unas mujercitas. Da un poco de pena, también nosotros cerramos un capítulo precioso. Aunque no os hayáis dado cuenta, hasta ahora lo hemos recorrido de la mano: nosotros ya sabíamos qué era el colegio, los profesores, cada curso, o los exámenes, y aunque para vosotras ha sido un pequeño esfuerzo a cada paso, los padres y las profesoras os hemos ido acompañando. Un poco como los sufridores del 1,2,3 de Mayra Gómez Kemp (ni sabéis de lo que os hablo). Y aunque esta graduación es el culmen de vuestros esfuerzos, y la meta soñada, dejadnos compartir este triunfo, también es la meta soñada para nosotros.

Es un hecho que, sin vuestro estudio, vuestra dedicación, vuestra fuerza de voluntad, no estaríamos celebrando que os graduáis. Y ese mérito es todo vuestro. Pero, que finalicemos esta etapa significa que han valido la pena las tarteras, los almuerzos, las tardes de estudio, los uniformes planchados, cada tutoría y cada correo electrónico del colegio… Hoy celebramos que hemos llegado a la otra orilla. Os queremos más que a nuestra vida, y aunque fuerais un desastre integral, os querríamos igual, pero nos sentimos inmensamente orgullosos de veros como en la foto de Fernando ¡Erais unos bebés y ahora se os ve tan mayores!

Pero no nos ahoguemos en la nostalgia. También es un día para celebrar que hoy empieza una nueva etapa, la de decidir qué queréis ser. No os puedo desear otra cosa, más que tengáis ánimo y fuerza. Que afrontéis este desafío. En otras palabras, os deseo viento en las velas y la ayuda de Dios.

Independientemente de a qué os dediquéis, el deber os llamará también a vosotras. Y necesitamos líderes fuertes. Todos hemos visto a personas, familias, empresas e incluso países derrumbarse por su incapacidad para separar caprichos personales de obligaciones elementales. No cometáis esos errores. A menudo, vuestros deseos entrarán en conflicto con vuestras obligaciones. Personas y situaciones os harán dudar de qué hacer o cómo actuar. Ante la duda, acudid a lo que os hemos enseñado: los valores del humanismo cristiano de Occidente, la cuna de nuestra civilización desde hace veinte siglos. Seguid la senda de la justicia, la compasión, la solidaridad y la libertad. Hacer el bien, alejar al lobo y proteger al débil. Esa debe ser vuestra vocación.

Y para cuando os sintáis cansadas, cuando os perdáis en el camino, mirad, esta tarde, a vuestro alrededor ¿Quién hay? Vuestras familias, y vuestras profesoras. Las personas que os han acompañado en esta etapa, que son a quienes siempre podréis volver. Enhorabuena.

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