Error del sistema

Los jóvenes y el cielo cuarteado

En un puñado de años, han pasado de la juventud a la ranciedad. De la ambición a la egolatría. De la ilusión a la ira

Pablo Iglesias.

Pablo Iglesias. / J.J. Guillén / EFE

Emma Riverola

Emma Riverola

El 15M fue el grito de indignación, una exigencia de democracia y una grieta de esperanza para un país ahogado por la crisis económica y los recortes. El grito que nació en las plazas tuvo su transmutación política. En 2014, Podemos nació, consiguió contra todo pronóstico cinco eurodiputados y demostró su fuerza en la primera asamblea de Vistalegre. Destilaba juventud, ilusión, descaro y ambición. Y fue una inspiración para tantos jóvenes la posibilidad de construir una sociedad más justa, libre e igualitaria.

En unas semanas se celebrará el décimo aniversario del nacimiento de Podemos, y hablar de celebración suena a broma de mal gusto. 

El escritor y filósofo Santiago Alba Rico, muy vinculado a los inicios de la formación, escribía este verano sobre las elecciones que iban a celebrarse el 23J: «La próxima batalla electoral no enfrenta a distintos proyectos políticos y distintos programas, no enfrenta ni siquiera a dos bloques ideológicos. Es una disputa feroz entre el odio y la tristeza». En esa batalla, su «opción triste» era Sumar.

Lo que hoy resulta tristísimo es buscar algo parecido a la autocrítica ante el pésimo resultado de Sumar y Podemos en Galicia. Leer, por ejemplo, el editorial de Canal Red (el medio de Pablo Iglesias) da para llorar. Muerde con ganas a Sumar: «Un proyecto político que no funciona». Y vierte prosa vetusta sobre la hecatombe de Podemos: «A pesar del exiguo resultado, la moral de la militancia en Galicia no ha salido, sin embargo, tan tocada como cabría esperar gracias al esfuerzo realizado, a la afluencia a los mítines y, sobre todo, al descubrimiento y el excelente desempeño de su candidata Isabel Faraldo, quien se ha revelado como una apuesta de futuro». 

¿De qué futuro? En un puñado de años, han pasado de la juventud a la ranciedad. De la ambición a la egolatría. De la ilusión a la ira. Camino de la irrelevancia, enzarzados en sus cuitas en el lodo, han agrietado el horizonte que prometieron. 

Pedazos de cielo cuarteado, eso es lo único que ofrecen a los jóvenes de hoy.

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