La Feliz Gobernación

Los que escuchan

Diego Sánchez Aguilar

Diego Sánchez Aguilar / Juan Camilo Moreno

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Es una tontería hablar de acontecimiento literario cuando se trata de una etiqueta que se repite cada semana para las más diversas novelas. Pero hay alguno de estos libros que te coge por el pescuezo, te estampa contra la pared y te deja sin aliento. Hablo de Los que escuchan, de Diego Sánchez Aguilar, editado por Candaya. 

No puedo decir que se trate de algo inesperado porque quienes leímos su colección de relatos Últimas noticias sobre el orgasmo femenino ya percibimos la capacidad del autor para la introspección psicológica en personajes de andar por casa condicionados por convenciones sociológicas cotidianas. Unas historias deslumbrantes precisamente por su patetismo. Retratos tremebundos de nuestras vidas todavía más lacerantes por resultar divertidos, en cierto modo piadosos. 

Después vino Fackbook, su primera novela, estupenda, pero que me dejó a las puertas porque se me impusieron dos prejuicios: la percibí descaradamente política y, en su construcción, de escasa verosimilitud. No es que no me gustara; es que me gustó menos. Nadie es perfecto, en este caso el lector.

Pero ha llegado Los que escuchan, esa desmesura. Casi no es posible creerlo. En dimensión, en estructura, en el juego de la composición y en los relatos que baraja despliega el más gozoso disfrute literario. Hay que prescindir de las síntesis de solapa y de las tesis preestablecidas. No leemos algo que confirme un supuesto previo, sino nos adentramos en los infinitos pliegues de las vidas que transitan por estos tiempos. Todo es tan sencillo como pasmoso, contradictorio, nada se resuelve, que nadie espere confirmar una moraleja al gusto. Pura esencialidad literaria construida desde la observación más aguda y despiadada, ahora como antes también piadosa. Uno se pregunta qué ha dejado el autor para la próxima, porque Los que escuchan es abarcadora, infinita, concluyente. Pasará mucho tiempo hasta que demos con otra novela que nos desencuaderne.

Diego Sánchez Aguilar recibirá hoy el premio Alfonso X de Literatura. Y con él, todos sus asombrados lectores.

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