La Feliz Gobernación

Jóvenes en cuarentena

Dicen que la juventud es una enfermedad que se acaba con el tiempo, pero nuestro López Miras no tiene prisa en curar al personal de esa fiebre

Presentación del plan de apoyo a la juventud 2024-2027 en la Región, hace unos días.

Presentación del plan de apoyo a la juventud 2024-2027 en la Región, hace unos días. / Juan Carlos Caval

Ángel Montiel

Ángel Montiel

En el chiste de Forges, al matrimonio que duerme en la cama lo despierta un llanto desgarrado en la habitación de al lado. Dice ella: «Mariano, tu hijo está llorando». Dice él: «¡Tiene cuarenta años!». Y ella: «No tienes corazón». 

López Miras sí tiene corazón. Ha ampliado la condición de joven hasta los cuarenta años en su plan de apoyo a la juventud, denominado OporTUnidades. Y es que ¿cuándo se deja de ser joven? En mi experiencia, el día en que acudes al bar nocturno que solías frecuentar y no conoces a nadie. Son mensajes implícitos, pero tu espíritu seguirá ardiendo como el del joven Werther.  

Sabemos cuándo acaban la Edad Antigua, la Edad Media y la Edad Moderna, pero ¿acaso puede acabar alguna vez la Edad Contemporánea? Sería una contradicción en sus propios términos. Como dejar de ser joven por imperativo legal, cuando es sabido que la juventud se lleva por dentro y, hasta en el peor de los casos (que me pregunten a mí), la adolescencia. 

Un compañero de este periódico se marchó a otra provincia a celebrar su veinticinco cumpleaños, y compró el billete de ida en tren con el Carné Joven, que le proporcionaba un buen descuento. Para la vuelta, tras la celebración, no le admitieron el documento, pues había dejado oficialmente de ser joven. Dejar de ser joven es caro hasta que alcanzas la edad de jubilación y te apropias del carné del Inserso, con el que ya puedes circular de nuevo a precios rebajados. Lo duro es ser maduro.

Debe ser esta la razón por la que el presidente murciano ha prolongado la edad juvenil hasta los cuarenta para hacer así más llevadera la travesía. Y es que si aumenta la esperanza de vida, ¿por qué no estirar más los plazos en que se divide?

O tal vez sea que si amplías la franja de población hay mejor modo de reducir las estadísticas de paro laboral y de posibilidades de acceso a la vivienda en el sector, por ejemplo. 

Dicen que la juventud es una enfermedad que se acaba con el tiempo, pero nuestro López Miras no tiene prisa en curar al personal de esa fiebre. Viejóvenes hasta la eternidad.

Suscríbete para seguir leyendo