Noticias del Antropoceno

El increíble reactor nuclear menguante

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Siempre hay que confiar en que la Humanidad haga lo correcto, después de intentar el resto de opciones. Eso es lo que está sucediendo a cuenta de las políticas encaminadas a solucionar el calentamiento global: estamos llegando a la conclusión de que se necesita la energía nuclear para cumplir los ambiciosos objetivos de emisiones cero de gases de efecto invernadero si queremos que eso suceda a mitad de este siglo.

Si hubiéramos llegado a la conclusión hace cincuenta años (cuando se empezaron a comprobar evidencias científicas incuestionables del calentamiento global) otro gallo nos cantaría y no estaríamos hablando ahora de la necesidad de medidas radicales y urgentes. A cuenta de tres accidentes nucleares con un centenar de muertes comprobadas a lo sumo (la última de Fukushima solo causó una víctima mortal directa), la opinión de los antinucleres radicales y los temores de los políticos a enfrentarse a ellos, nos han privado de la fuente de energía limpia de emisiones de CO2 que hubiera impedido la catástrofe actual. No creo en las teorías conspirativas, pero no hay duda de que los productores de petróleo y gas, empezando por las multinacionales de Estados Unidos y Arabia Saudita, habrán tenido mucho que ver en mantener a la opinión pública en permanente estado de pánico en relación con las centrales nucleares.

La buena noticia es que muchos países, incluidos China, los nórdicos y los propios Estados Unidos, han seguido apostando (radicalmente en los caso chino y francés) por el desarrollo de centrales nucleares cada vez más seguras, limpias y eficientes. Y en este aspecto destacan últimamente los denominados SMR (Small Modular Reactors), de los que se están desarrollando docenas de modelos por iniciativas públicas y privadas, con visos de convertirse en una solución futura para muchas necesidades energéticas. Son artilugios muy pequeños en comparación con las grandes centrales, hasta el tamaño de un autobús o un coche en los modelos más pequeños, capaces de suplir las necesidades de núcleos de población reducidos por largos períodos de tiempo. Su principal característica es que son modulares, y casi todos tienen componentes renovables para alargar su funcionamiento de forma indefenida. 

Llevan funcionando con éxito durante décadas en los submarinos y buques de propulsión nuclear, y son la mejor esperanza para impulsar los viajes planetarios y establecer bases permanentes en la Luna o Marte.

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