La Feliz Gobernación

La Catedral habla con el Moneo

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Cuando concluya la restauración de la fachada de la Catedral de Murcia deberían trasladar el andamiaje que la cubre, tal cual, a lo alto de algún cerro, en las afueras, para que pudiera ser contemplado desde las autovías como si de una obra de arte se tratara, al modo como han sido indultados algunos toros de Osborne. Esto sí que es una ‘instalación’ y no las del tal Richard Serra.

La noche del pasado martes pasé por la plaza de Belluga, completamente despoblada, con todas las terrazas recogidas y en absoluto silencio, y no tuve más remedio que detenerme en el centro y girar alternativamente la cabeza de derecha a izquierda para asistir estupefacto a eso que los arquitectos llaman ‘diálogo’ entre edificios.

A un lado, el Moneo, con los largos rectángulos verticales abriendo su fachada; de otro, el revestimento artificial de la catedral con esa especie de cubos de hierro superpuestos en horizontal que dibujan por los bordes la forma triangular oculta, pero tan fijada en nuestras retinas, de la portada catedralicia. Rectángulos verticales y horizontales frente a frente, de catas al hormigón unos y de estructuras metálicas los otros. Un auténtico espectáculo, una performance emocionante.

Cuando se erigió el edificio Moneo, gracias a la apuesta valiente del gran alcalde socialista José Méndez, algunos se escandalizaron por el hecho de enfrentar a la catedral una fachada rabiosamente moderna en un espacio cerrado por otras construcciones teñidas por el tiempo, a pesar de que el arquitecto situó la puerta de acceso en un a modo de sotanillo, tal vez para evitar competencia alguna con el magnífico portal de la catedral. Un gesto de humildad y respeto que engrandece a Moneo.

El imponente andamiaje que cubre la facha de la catedral, cara a cara con el edificio administrativo municipal, permite comprender que el ‘diálogo arquitectónico’ es algo más que pura jerga profesional, y que estos dos edificios se hablan, más aún cuando uno de ellos está malito.

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