Tribuna Libre

Protección de incendios al servicio de la sociedad

En España tenemos, lamentablemente, una escasa cultura sobre la protección contra incendios. La sensibilización sobre este tema es casi inexistente

Vista aérea de las discotecas Golden, Teatre y La Fonda, afectadas por el trágico incendio.

Vista aérea de las discotecas Golden, Teatre y La Fonda, afectadas por el trágico incendio. / Marcial Guillén / EFE

Francisco José Carvajal Rojo

Estamos condolidos en toda la Región de Murcia y en el resto de España con la tragedia ocurrida en la zona de ocio Atalayas, en la capital: un terrible incendio en tres discotecas, con 13 fallecidos hasta el momento, aunque se teme que puedan ser más. Este suceso debe hacernos reflexionar. Me gustaría que se hicieran las siguientes preguntas:

¿Alguna vez nos hemos preocupado por saber cómo actuar en caso de incendio?

Si el incendio se produce en nuestra casa, ¿sabríamos salir con nuestra familia sana y salva?

Cuando vamos a un cine, teatro, discoteca, hotel…. ¿Nos fijamos en por dónde debemos evacuar si hay una emergencia?

En nuestras empresas, ¿conocemos los medios de protección contra incendios de los que disponen y sabemos usar los más básicos como, por ejemplo, un extintor?

En España tenemos, lamentablemente, una escasa cultura sobre la protección contra incendios. La sensibilización sobre este tema es casi inexistente. Tenemos miles de páginas de legislación, cada elemento que se fabrica y que se instala tiene cientos de páginas que dicen como se debeproceder. Pero falta lo más importante: que como sociedad de verdad nos importe y valoremos la seguridad en protección contra incendios.

A veces, prevenir un incendio es muy difícil, pero detectarlo a tiempo no tiene por qué serlo. Una detección de incendios eficaz, que no siempre es obligatoria en los locales de ocio, ni en muchos otros de pública concurrencia, puede detectar el incendio en los primeros minutos, cuando la situación aún es manejable y la evacuación es posible, salvando vidas. Un buen protocolo de actuación cuando salta la alarma, con vías de evacuación visibles y señalizadas y un acceso al exterior abierto pueden ser suficientes para evitar muertes.

Lo ideal sería que todos los edificios contasen con rociadores automáticos, los únicos que son capaces de extinguir un incendio de estas características, pero no siempre se exigen. Las razones son muchas y van más allá de la extensión de este artículo, pero lo cierto es que en esta materia aún estamos a años luz de otros países de nuestro entorno.

Ahora hay que esperar y conocer las causas del incendio de Atalayas. Esperemos que cuando se averigüen y se saquen conclusiones, estas no caigan en saco roto. Este suceso y aquellos análogos en años precedentes, que ahora se están recordando, no pueden olvidarse. La Administración y los especialistas del sector debemos trabajar juntos para evitar que tragedias como esta vuelvan a repetirse en el futuro.

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