Revistero murciano

El rotativo cultural 1980-1982

Cartel anunciador del Rotativo Cultural (1980).

Cartel anunciador del Rotativo Cultural (1980).

Pedro Manzano

Ya en plena democracia, los años ochenta supusieron un cierto despertar en este tipo de revistas, boletines o periódicos que pretenden servir de amplificadores de actividades y sucesos que giran en torno a la cultura plástica, musical o literaria. Citemos dos ejemplos que ven la luz en 1981 y 1983: La Quincena, una especie de gaceta literaria que dirige Antonio Jesús Gras y El Pregonero, revista cultural ilustrada que dirige Eduardo Carrasco. 

Pero la gran apuesta de la recién nacida Consejería de Cultura sería la edición de El Rotativo Cultural, que dirige Ángel Montiel y cuenta como editor gráfico con Paco Salinas. La redacción y administración estaba en Saavedra Fajardo 2 y se imprimía en Artes Gráficas el Taller. Se presenta con un provocativo cartel de Ángel F. Saura que podríamos interpretar como una declaración de intenciones: un personaje de cierta ambigüedad, indefinida edad y desconocida identidad sexual, lee El Rotativo. Música, arte, entrevistas, reseñas literarias. 

El Rotativo, que tiene formato periodístico, es una joven revista de variedades: poesía, narrativa, teatro, artes plásticas, música, cine… ninguna actividad producida en la Región, vinculada al mundo cultural, escapa a su mirada. Transgresora, al estilo de lo que solía hacerse entonces en Madrid o Barcelona. 

Cartel anunciador del Rotativo Cultural (1980).

Cartel anunciador del Rotativo Cultural (1980).

El número 0 se edita (3.000 ejemplares) en diciembre de 1980; en la portada destaca una entrevista a Ramón Gaya que le haría el propio director del rotativo, Ángel Montiel, con fotos del editor gráfico de la revista-periódico, Paco Salinas; otra de las noticias de portada, que dentro se desarrolla, bien podría haber servido, su titular, de editorial fundacional de la publicación: «Cultura, comunicación y sociedad: un debate necesario», aunque el desarrollo del artículo trate, en realidad, de unas jornadas sobre medios de comunicación social que recién se han celebrado en Murcia. 

En el número 1, de febrero de 1981, el protagonista de los 500 ejemplares impresos es ahora un escritor, Miguel Espinosa, a quien entrevista López Precioso; en el editorial de la página 2 se recogen los afanes de El Rotativo: «Nuestro propósito es constituirnos en un medio de información y crítica cultural», y se indica que tendrá periodicidad mensual. Remedios Maurandi, López Precioso (que dirigió Cuaderno de Letras en 1997 editado por la Asociación de la Prensa de Murcia), Pilar Muñoz, Juan Chupé, Antonio Parra, Chumilla Carbajosa, Paco Aguinaga, Manuel Luna, Carmen Álvarez, Javier Orrico, Simón Ángel Ros, Martín Páez… La lista de jóvenes y entusiastas colaboradores en la aventura, y espacio de aprendizaje, que significó el Rotativo, hasta su desaparición en 1982, sería interminable.

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