La Feliz Gobernación

El teatrillo va en serio

El viceportavoz parlamentario, Martínez Alpañez, realizó hace un par de días una enmienda a la totalidad de la política de López Miras durante la anterior legislatura que no se le ha escuchado ni al PSOE, al menos de manera tan estricta y elaborada.

José Ángel Antelo

José Ángel Antelo / Miguel López-Guzmán

Ángel Montiel

Ángel Montiel

¿Teatrillo o pulso real? Las dos cosas. El PSOE ha dictaminado que las negociaciones entre PP y Vox son un paripé y que todo está decidido de antemano. Y esto es que habrá un pacto de cogobernación. Lo habrá, claro. Es tanto como decir que el sol sale por el Este. Rappel y Aramís Fuster estarían de acuerdo. Pero lo cierto es que, a día y hora, no hay pacto ni vía segura para que se concrete. De entre todos los acuerdos de gobernación que se han firmado en España el único que se produjo por adelantado fue el de la Comunidad Valenciana. La crónica de Información de Alicante asegura que el popular Carlos Mazón tenía apestillado con Vox el pacto de Gobierno antes de que se cantara el resultado electoral, de ahí la celeridad con que fue consumada la firma con las urnas frescas.

En la Región de Murcia hay un pulso. Y cuando hay un pulso, hay incertidumbre. Suele ganarlo el más fuerte, pero los que sí hemos leído la Biblia conocemos lo que ocurrió entre David y Goliath. O, ya sin referencias librescas, entre el Madrid y el Alcorcón.

Hay teatrillo, sí, en parte, pero porque conviene al PP. El pacto con Vox, sea a pachas o mediopensionista, queda relegado para después de las elecciones del 23J. Seguimos en bucle: acuerdo programático (PP), entrada al Gobierno (Vox). López Miras ha arrimado el debate de investidura al inicio de la campaña electoral de las generales para que la actitud de Vox incida negativamente en este partido, que votará ‘no’ en primera y segunda sesión coincidiendo con el PSOE y Podemos. Los populares pretendían seguir insistiendo, horas antes del pleno de investidura, en debatir sobre puntos programáticos, una trampa para Vox, pues los enunciados genéricos en que se camuflan las diferencias de detalle servirán a López Miras para argumentar que no hay razón que impida firmar un acuerdo.

Por otra parte, no hay que perder de vista que la situación de la Región de Murcia es la que sueña Feijóo para España, es decir, una amplia mayoría del PP que aleje del poder a la izquierda al no sumar ésta para poder formar una alternativa, lo cual pondría en un brete a Vox, que quedaría obligado a abstenerse en favor de los populares, sin entrar al Gobierno. En caso de que López Miras incorporara consejeros de Vox al Ejecutivo regional, Feijóo carecería de pretextos formales para no hacer lo propio en el nacional. Por esto, José Ángel Antelo ha anticipado que la abstención de los nueve diputados de su Grupo en la investidura de López Miras no es una opción.

Por cierto que el candidato a presidente, en una entrevista publicada ayer por El Mundo, se equivocaba en la suma al afirmar que sólo le bastaba con dos abstenciones de Vox, pues la cuenta saldría fatal: 22 en contra (13,PSOE; 7, Vox; 2, Podemos) frente a los 21 del PP. Deberían ser tres las abstenciones. López Miras, como Feijóo, no atina con los números.

Se da, además, un problema clave que es más psicológico que político. Para Vox es inconcebible que habiendo más que doblado su representación parlamentaria respecto a 2019, con la obtención del porcentaje de votos más alto de España para su partido (18%) y con un PP necesitado de su apoyo tengan por destino un papel irrelevante en la gobernación, algo así como hacer de hermanas Hurtado en el Un, dos, tres: tocar la campana cada vez que el Gobierno incumpla algún punto de entre los pactados. Es como si a Antelo, notable jugador de baloncesto y con la altura física que corresponde a los deportistas de esa disciplina, le hubieran elevado la canasta a una altura antirreglamentaria a la que no alcanzaran sus lanzamientos de balón.

Ojo: Vox es peligroso si se pone en plan crítico. El viceportavoz parlamentario, Martínez Alpañez, realizó hace un par de días una enmienda a la totalidad de la política de López Miras durante la anterior legislatura que no se le ha escuchado ni al PSOE, al menos de manera tan estricta y elaborada. Y no precisamente relativa a los asuntos de discordia ideológica entre ambos partidos, sino enfocada a las políticas convencionales de gestión: educación, sanidad, administración financiera... Saben meter el dedo en las partes delicadas y, de momento, están obviando los discursos frikis.

Un problema para Vox, y es por esto que el PP está tratando de llevarlo al burladero, es la previsión de las encuestas para las generales, que lo hacen bajar de primera fuerza política en la Región a segunda o quién sabe si a tercera. Tal vez después del 23J los abascales estén más blandeados. Y a ver cómo queda Feijóo. Hay teatrillo, pero van en serio.