CARTAGENA D.F.

Sumar o no sumar

Noelia Arroyo.

Noelia Arroyo. / IVAN URQUIZAR

Andrés Torres

Andrés Torres

Noelia Arroyo no es el Hamlet de Shakespeare. Tampoco es Yolanda Díaz ni Irene Montero, en su pulso por ser protagonistas en la nueva coalición de izquierdas, repleta de siglas que, por separado, apenas han conseguido unos pocos concejales y diputados en las elecciones municipales y autonómicas y que se juntan sin la seguridad de que sumen tanto como lo que el nombre de la nueva formación pronostica. Lo que sí tiene por delante nuestra alcaldesa, de momento en funciones, para ser o no ser de nuevo la primera edil es esa disyuntiva entre la realidad de que sólo tiene diez concejales y lo que le gustaría, que es tener 14, para poder gobernar sin quebraderos de cabeza. Al menos, sin comerlo ni beberlo, se ha encontrado con uno menos, el de la tensión que se generaba con frecuencia con el ya ex líder de MC en las sesiones plenarias del Ayuntamiento.

Centrémonos. Ya sabemos que nadie en nuestro Consistorio ha alcanzado la mayoría absoluta, situada en esos 14 concejales, de tal modo, que para conseguir esa cifra sólo les queda a los partidos resolver la eterna duda existencial de ser o no ser, que en este caso de minorías políticas, se traduce en sumar o no sumar. Quien tiene más sencillo responder a la pregunta es, sin duda, Arroyo, hasta el punto de que ya lo ha hecho. La dirigente del PP ha desvelado esta semana que acudirá al pleno de investidura del 17 de junio a Porta gayola. No quiere saber nada de pactos de gobierno, que viene a ser lo mismo que decir que no quiere saber nada de los 4 concejales de Vox, que son los únicos que le garantizarían salir de alcaldesa en la primera votación, para la que se precisa la requerida mayoría absoluta. Porque no veo yo que, de repente, MC olvide o deje de lado las continuas denuncias y críticas al PP y a su líder, algunas más subidas de tono y de desprecio que otras, que, además, continúa lanzando. Y en caso de que los cartageneristas se lo plantearan, no sé yo si Arroyo aceptaría este arrepentimiento. Desde luego que no creo que lo hiciera sin un perdón por delante, acompañado del propósito de enmienda.

Tampoco creo que el nuevo PSOE de Manuel Torres reproduzca el pacto de PP y PSOE de hace cuatro años, sobre todo, tras comprobar las consecuencias que tuvo para sus ex compañeros, salvo que, de repente, también prefiera enrolarse en Sí Cartagena. Además, pinta que a Arroyo no le apetece un gobierno con lastre.

Así las cosas, la única forma de arrebatarle la alcaldía a Arroyo, como poseedora de la lista más votada, solo queda la carambola de un tripartito al estilo Frankestein, al que tanto nos tienen acostumbrados en los últimos tiempos. Para eso habría que recurrir a Tom Cruise para cumplir una misión más que imposible. Para sumar la mayoría absoluta necesaria para desbancar a la actual regidora es preciso que se alíen MC, VOX y PSOE, un pacto inimaginable y rocambolesco donde los hubiera, si no fuera porque en Cartagena ya nos han demostrado que puede pasar cualquier cosa. Que se lo digan a José López.

Pongamos que MC puede mirar hacia izquierda y derecha y sumar los cuatro ediles de uno o de otro a sus ocho concejales, para alcanzar un total de 12, a dos todavía de la mayoría absoluta. El problema lo tiene en mezclar a VOX y a PSOE en el mismo pacto, porque son como el aceite y el agua. Además, los de Abascal cerraron la puerta a posibles pactos con MC durante la campaña, aunque esto de la política se asemeja cada vez más a la pasión futbolera y lo que pasa en la campaña se queda en la campaña.

En el caso de Torres, si a Castejón le costó la expulsión su alianza con el PP, un pacto con VOX le podría arrastrar a él a la decapitación política.

Conclusión, si tuvieran que apostar su dinero a un caballo ganador, lo razonable sería destinarlo a la líder del PP, aunque ella misma sabe y acepta el reto de que con un gobierno en minoría, le va a tocar sumar continuamente para sacar adelante los proyectos y los presupuestos de la ciudad. Así que ya tienen el regalo perfecto para hacerle por su reelección como alcaldesa: una calculadora.

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