Murcia D.F.

Un tranvía llamado Deseo

El Ayuntamiento de Murcia deberá contar con la ayuda de la Comunidad para llevar este tren al Carmen por el elevado coste y la 'ruina' de las arcas municipales, que en 2022 han aumentado su déficit

Tranvía de Murcia por el centro de la ciudad.

Tranvía de Murcia por el centro de la ciudad. / JUAN CARLOS CAVAL

Lola García

Lola García

Un puñado de millones es lo que se firma hoy en el Ayuntamiento de Murcia para llevar el tranvía al barrio del Carmen, un proyecto largamente acariciado por el municipio que cuenta a sus espaldas con lustros de espera. Ni las previsiones realizadas por el alcalde Miguel Ángel Cámara ni la inclusión de este medio de transporte como elemento vertebrador del área metropolitana de la capital de la Región en los planes de la Comunidad Autónoma han logrado que esta iniciativa dé pasos de gigante.

Se podría pensar que la firma del convenio entre el alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, y el Ministerio de Transportes permitirá arrancar definitivamente la expansión del tranvía desde la Redonda, y más teniendo en cuenta el entusiasmo con el que lo anunció el delegado del Gobierno y actual candidato del PSOE a las elecciones autonómicas, José Vélez, en la presentación del cabeza de cartel para las municipales.

Algo más de 25 millones llegarán de las arcas del Gobierno central, una cantidad discreta si se tiene en cuenta lo que le ha dado a ciudades menos pobladas que Murcia y con territorios menos desperdigados y muy alejada de los 70 millones que serán necesarios para su construcción total y la compra de las máquinas y vagones (ese cálculo presupuestario puede verse actualmente incrementado por el subidón del coste de la vida y las materias primas).

O sea, que el Ayuntamiento necesitará más de 40 millones para poder licitar esta ampliación, un dinero que no podrá poner a pulmón debido a la precaria situación que arrastran las arcas municipales. De momento, el remanente de tesorería negativo se le ha disparado dos millones más del ejercicio 2022 (el PSOE aquí ya no puede echarle la culpa a los populares) y ya alcanza los 31 millones, una cifra discreta si lo comparamos con el agujero de la Comunidad Autónoma, a la que Serrano deberá acudir para la financiación del proyecto.

La Administración local está sujeta a un plan de saneamiento y tampoco conseguirá el plácet para endeudarse con otro sistema de financiación que no sea dinero público, un contexto en el que la Comunidad Autónoma jugará un papel fundamental y a la que recurrirá sin duda el actual alcalde, que tendrá que tener pericia y suerte para arrancarle los euros necesarios.

La asfixia del Gobierno regional, cuyo déficit supera los 11.000 millones, es otra de las piedras en el camino, además de la ausencia de responsabilidad por parte de los administradores públicos de la Comunidad que, de manera partidista y aplicando la ideología del partido que sustenta a la jefatura del ejecutivo, han ninguneado durante años a la capital.

Un dato: mientras la aportación media regional por habitante es de 110 euros, en Murcia no llega a los 90 euros, una discriminación en toda regla que ahora se antoja más difícil de superar por los dineros que necesitará el presidente López Miras para hacer realidad tantas promesas electorales como está haciendo. Y otro apunte: la capital aporta de sus fondos cerca de 40 millones en competencias impropias (servicios que debería prestar la Administración regional).

Ante este panorama, choca el entusiasmo demostrado por Vélez, que ha estado codo con codo negociando con Serrano para convencer al Ministerio de Transportes de la necesidad de llevar al Carmen el tranvía, un triunfo amargo si se quiere ante la falta de compromiso de la Comunidad y la ausencia de unos números claros y un proyecto encima de la mesa que no sea el que llevaba en el cajón bastantes años.

Aún no se sabe cómo llegará a la zona sur, qué paradas tendrá, ni qué itinerario, ni qué tecnología se aplicará (con catenaria, sin ella, con intercambiador en la Redonda, etc.) ni qué horizonte temporal tendrá la finalización de la ampliación. Muchas incógnitas a despejar. Y algunas más: por qué no se ha aprobado el convenio que se suscribirá hoy en junta de gobierno y por qué se firma el convenio un día antes de que se publique en el BOE la convocatoria de elecciones (a partir de este martes ya no se podrán hacer promesas desde las instituciones -la legislación no lo permite- y se entrará de lleno en la precampaña). ¿Será un nuevo brindis al sol? ¿Será más un deseo que una realidad? Solo el tiempo y la hemeroteca lo dirán. Por nadie pase.

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