La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Enrique Nieto

Apuntes del natural

Enrique Nieto

Saltos y sandías

Todos a una. Hace un par de años, al hablarle a un conocido miembro del PP de la decisión que había tomado la directiva de su partido y que yo encontraba discutible, él me confesó que tampoco la veía bien y que no estaba de acuerdo. ‘Pero, lo aprobasteis por aclamación, ¿verdad?’, le pregunté yo. ‘Sí’, me respondió, ‘es que, en el PP de la Región de Murcia, cuando tres o cuatro de la primera fila se ponen a aplaudir, nos levantamos siempre todos y también aplaudimos, aunque no estemos de acuerdo’, me dijo. (No sé por qué, pero, el jueves, me acordé de lo bien mandados que son los de este partido).

Salud escasa. Tres de cada diez españoles sufren algún problema de salud mental, y aquí, en Murcia, toma pastillas muchísima gente. La pandemia nos ha sacado un poco de quicio, dicen. Ya ves que muchos pensábamos que esto de vivir en una parte del mundo sin grandes problemas, como guerras y asesinatos en las escuelas, con un buen clima, dentro de lo que cabe, Sanidad y Educación aceptables, etc, traería consigo cierta estabilidad emocional. Pero, no, ya ven que no. Y esta situación está llegando cada vez más a los jóvenes. Es preocupante.

Lo conocen. Un hombre a otro, cerca de mí, en la cola del pescado: ‘No me sienta bien, que, cuando me ven los del bar viniendo por la calle, me pongan de inmediato el quinto de cerveza en el mostrador, antes de que yo llegue’.

Una breva, 200 pesetas. En la radio, están hablando de los precios de la fruta, que se han disparado. Un tertuliano dice: ‘Esta mañana he comprado media sandía y me han cobrado 7 euros. Esto quiere decir que una sandía cuesta ahora 14 euros’. Otro de ellos apunta: ‘Eso equivale a más de 2.300 pesetas de las de antes’. ‘Y no hablemos de los melocotones, de las cerezas, ¡y de las brevas! Cada breva te cuesta más de un euro’, sigue el de la sandía. ‘¡200 pesetas una breva!’, se escandaliza el que está con las equivalencias a moneda antigua. Y comienzan a hablar de los carburantes, igual de asustados.

Oltra. Yo creo que Mónica Oltra debió dimitir en cuanto la imputaron. Puede ser que, quizá, quién sabe, ella no haya cometido ningún delito, pero, cuando imputan a un político, debe dimitir de inmediato, y, luego, si se le declara inocente, volver a la política, si le apetece. Pero, de entrada, hay que irse. Ah, y otra cosa, ese acto que montaron donde ella casi bailaba y saltaba fue absolutamente patético.

La Clave

Ha fallecido José Luís Balbín, el presentador de La Clave. En aquellos tiempos de los ochenta del siglo pasado era corriente que los amigos vinieran a mi casa, cenáramos, nos pusiéramos algún whisky y viéramos el programa, con su película y la tertulia, todos fumando, ellos y nosotros. Qué tiempos aquellos, qué jóvenes éramos y cuánto nos interesaba la política. Claro que he estado mirando una fotografía de la época en la que están los tertulianos de uno de los programas, a saber: Miquel Roca, Santiago Carrillo, Alfonso Guerra, Manuel Fraga, Xavier Arzallus y Agustín Rodríguez Sahagún. El mismo nivel que ahora…

Cine. He visto la película Beginners. Buenos actores y un poco reiterativa, aunque interesante. También me he sentado frente a Tyler Rake, protagonizada por Chris Hemsworth, en la que este actor mata, uno a uno, a sesenta o setenta hombres, a tiros, rompiéndoles el cuello, tirándolos por una terraza, a cuchillo, etc., mientras que decenas de vehículos saltan por los aires con terribles explosiones. Parece ser que Hemsworth ha firmado un ventajoso contrato con Netflix para hacer varias películas, eso sí, con mucha acción, mucha sangre y rodadas en Asia, que le pilla a él más cerca de su casa, porque vive en Australia, y, además, porque sale mucho más barato hacer películas en Indonesia o Vietnam que en París o Los Ángeles, USA.

Series. Estoy viendo la última temporada de Quién mató a Sara, que no empezó mal, pero ya es solo una especie de serial como Dinastía o Los ricos también lloran. Lo que pasa es que en el reparto está Ginés García Millán, el de Puerto Lumbreras, al que conozco. Actúa aquí con los mejicanos y hasta con Jean Reno, ese actor francés bastante bueno, que resulta que es hijo de padres andaluces que emigraron al norte de África, a Marruecos, –fíjate tú – para ganarse la vida, y allí nació Jean y se considera francés. Para ratos perdidos, se puede ver, pero está tan estirado el tema que a veces da risa.

La pamela. Una mujer a su anciana madre, en la calle: ‘Mamaica, te debías haber puesto la pamela, que hace mucho sol’. ‘¡La pamela te la vas a poner tú donde tú quieras!’, responde la señora, bastante airada.

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