La Opinión de Murcia

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Herminio Picazo

Verderías

Herminio Picazo

Zoonosis

Si un guionista de cine hubiera debido de hacer una película distópica inventando el nombre de la nueva pandemia mundial que terminará con todo, quizás hubiera elegido el de la viruela del mono. La realidad a veces supera a la ficción.

No obstante, descuiden: no parece que esta nueva enfermedad vaya a tener un recorrido trágico, ni nos matará en masa, ni nos confinará en nuestros hogares. O al menos eso es lo esperable. Sin embargo, la viruela del mono es un nuevo toque de atención sobre las zoonosis, las enfermedades trasmitidas a los humanos desde un origen animal, y la importancia que tiene su comprensión y su vigilancia.

Como reconoce la OMS, las zoonosis representan un gran porcentaje de todas las enfermedades infecciosas recientemente identificadas, así como de muchas de las ya existentes. Algunas enfermedades, como la provocada por el VIH, comienzan como una zoonosis pero más tarde mutan en cepas exclusivas de los humanos. Otras zoonosis pueden causar brotes recurrentes de enfermedades, como la enfermedad por el virus del Ebola y la salmonelosis. Otras, como la Covid-19, tienen, como ya sabemos, el potencial de causar pandemias mundiales.

Más de doscientos tipos conocidos de zoonosis, además de las que vayan surgiendo nuevas, es razón más que suficiente para preguntarse por qué lo tienen tan fácil los agentes infecciosos para saltarse a la torera la barrera entre especies e infectar a quienes no les toca. Los especialistas están a empezando a entender cómo funciona esta trasmisión y cómo de importante es en ella el grado de alteración del medio ambiente

La estrecha relación entre salud y conservación del medio ambiente es un concepto que no es nuevo, pero sí en imparable aumento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha acuñado un concepto global, que es el de One Health. Una salud, una única salud que conecta sanidad y planeta, un destino común y una red de interrelaciones global que condiciona la salud de las sociedades humanas con la salud de los ecosistemas, y la salud de los ecosistemas con la de las sociedades.

La OMS colabora junto con la FAO, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y otras agencias internacionales, para desarrollar este concepto a partir de la consideración de las oportunidades ligadas a la protección de la salud pública por medio de las políticas de prevención y control de patógenos en las poblaciones animales en la interfaz entre personas, animales y medio ambiente. La salud humana, animal y ambiental están interconectadas, y no puede entenderse la una sin la otra.

La perspectiva más sencilla de entender del concepto One Health es la forma en la que la degradación ambiental está favoreciendo el incremento de trasmisiones infecciosas entre especies animales silvestres y personas, el ‘salto entre especies’. Numerosos estudios demuestran esta relación, como también demuestran la conexión directa entre el cambio climático y la aparición de enfermedades infecciosas, zoonóticas o no, en lugares hasta entonces libres de ellas.

One Health se está mostrando como un concepto potente que deberá desarrollarse en los próximos años y convertirse en políticas reales que consigan que esta locura de crecimiento humano, de desarrollo insostenible, no termine arrasando con todo: ecosistemas, ambiente y salud pública.

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