La Opinión de Murcia

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Enrique Nieto

Pintando al fresco

Enrique Nieto

Las tetas son suyas

Juan José Liarte, portavoz del Grupo Parlamentario Vox, este miércoles en la Asamblea. A.R.

El miércoles, el diputado Juan José Liarte, expulsado de Vox, presentó una moción en la Asamblea Regional para que el Gobierno de nuestra Comunidad Autónoma inste al Gobierno de España a que ponga en marcha una serie de medidas a fin de que las mujeres vayan pariendo más chiquillos y chiquillas, que llenarán nuestro país de españoles de verdad, y que no tenga que venir personal de ‘otras etnias’ a rellenar los espacios vacíos. Para ello, enumeró acciones copiadas del programa que el actual presidente de Hungría, un tal Viktor Orban, un ultra, que, por dar un dato, se reunió con Putin y Bolsonaro hace poco más de un mes, para hablar de sus cosas, que si una buena invasión, que si un buen encierro en la cárcel de todo el que levante un poco la voz, etc.

Pero hablemos de ‘las otras etnias’, que es un tema que me pone. Y, en primer lugar, me gustaría señalar que vaya usted a saber la sangre de qué etnias corre por nuestras venas, porque desde que se descubrió, no hace mucho, que los neandertales y los sapiens practicaban sexo unos con otros sin freno alguno, y sin usar preservativo, y que tenían hijos juntos, la fe en la pureza de especie y de etnia se me ha venido abajo.

O sea que aquí no es puro ni el gato. En España, además, la cosa ha sido especialmente combinada, pues dado nuestro espacio geográfico tan atrayente, nuestro clima y demás maravillas, hemos llevado a cabo el efecto llamada a toda clase de influencias genéticas.

Aquí nos llegaron etnias desde el norte de Europa, por ejemplo, los suevos y los alanos (yo creo que tengo más de suevo que alano, fíjense ustedes) y los vándalos, que no se los coma usted de vista a la hora de perpetuarse. Y, de los godos y los visigodos para qué vamos a hablar, pero he de decir que tengo un vecino que tiene una cara de godo que tira de espaldas.

Cartagineses de ahí enfrente y romanos también nos llegaron, por cierto, que muchos de los de Cartago eran bastante oscuros de piel, y asimismo entre las tropas romanas había gente de todas las etnias posibles que se mezclaron con la ya bastante batida mezcla de los iberos, de los que dicen los estudiosos que se mezclaban con los del norte de África como si no hubiera un mañana.

Y luego los bizantinos que eran en parte asiáticos.

Más tarde, los del norte de África se asentaron en nuestro país durante más de setecientos años y se produjeron mezcolanzas, unas veces por las buenas, arrastrados por el atractivo de moras y moros, cristianas y cristianos, y otras por las malas, porque en las tomas de las plazas tras los asedios se violaba mucho, tanto por parte de los unos como de los otros.

Es menester destacar que todos los africanos que llegaron hasta nuestras costas no tenían la piel morena. Los bereberes eran en su mayoría rubios con los ojos azules, así que cuando veamos a una señora o a un señor con estos rasgos, no digo yo que sus ancestros no puedan ser vikingos, pero cabe la posibilidad de que tenga lazos familiares con los bereberes que todavía viven en las montañas del Atlas marroquí.

Así que con lo de las etnias creo sinceramente que el diputado Liarte se ha equivocado de medio a medio porque aquí tenemos todas las etnias posibles corriendo por nuestras venas. Y como, además, este político tiene una forma de expresarse y de argumentar bastante brillante cuando habla en la tribuna de la Asamblea, pues que no vaya a pensar que, por decirlo bien, tiene razón, que no la tiene, creo yo, en mi ignorancia. Y, en cuanto a lo de las mujeres teniendo hijos, hasta ahora, el personal ha tenido los que ha considerado que debe tener sin pensar mucho en los problemas demográficos del país.

Cuando Franco, ese hombre, se le daba un premio a la mujer que más hijos paría, pero ahora se deja eso en manos de las interesadas de acuerdo con sus parejas, o en desacuerdo, porque si a ellas no les sale de ahí parir, pues que no paren, aunque le den un cheque para comprar biberones.

Y lo mismo si no quieren dar teta, que también ocurre, porque las tetas, como el vientre, también son suyas.

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