La Opinión de Murcia

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José Luís Álvarez Castellanos Rubio

Absolución para los jóvenes de las vías

Manifestación por la absolución de los jóvenes de las vías Eva Moya

Pongámonos primero en contexto: Imaginemos un muro de nueve kilómetros y cinco metros de altura que encierra las vías del AVE y parte a Murcia en dos, un muro justificado por sus promotores con el argumento del beneficio que acarrea dicha inversión y la necesidad de que llegue cuanto antes a la capital (antes de las elecciones autonómicas de 2019), aunque sea en superficie, y con la promesa del posterior soterramiento de las vías eliminando así el referido muro. 

Imaginemos también que, desoyendo el rechazo masivo y continuo de la ciudadanía murciana, dichos promotores deciden acometer las obras haciendo, además, ostentación de un despliegue policial a las órdenes de un delegado del gobierno, de infausto recuerdo, que alimentaba la tensión vecinal de manera injustificada a cada momento y con cada actuación.

Pues bien, la noche del 3 de octubre de 2017 esa tensión concentró a más de 3.000 personas en el paso a nivel de Santiago el Mayor. A tres de ellas, jóvenes de entre 19 y 20 años en aquel momento, se las juzga mañana imputándoles delitos de desorden público y destrozos que acarrean la petición de 8 años de cárcel y 133.000 euros de multa a cada una, actos de los que no hay pruebas concluyentes que puedan identificarles como autores materiales de los mismos. Es más, su actitud aquella noche no fue en nada diferente al comportamiento pacífico pero firme de las 3.000 personas allí concentradas. La prueba evidente es el creciente movimiento de apoyo durante cuatro años a las familias. No hay causa, si no es justa, que genere tal corriente de solidaridad y resistencia. 

Aquí se han producido varias injusticias: una, el abuso de un Gobierno que, incumpliendo los acuerdos firmados, quiso imponer por la fuerza, a través de su delegado, Francisco Bernabé, una solución al conflicto anclada en sus intereses partidistas, queriendo doblegar mediante la represión a un pueblo dispuesto a no dejarse avasallar; dos, el intento de ese mismo delegado de hacer pagar a inocentes por la afrenta sufrida ante la firmeza de la ciudadanía que no se doblegó; y tres, el calvario que han sufrido las familias durante todo este tiempo mientras defendían a sus hijos de la ignominia, la injusticia y la sinrazón. Mañana es el momento de la verdad, la justicia y la reparación. ¡Absolución para los jóvenes de las vías!

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