Ley de amnistía

Puigdemont pide una amnistía sin fisuras para frenar "la pulsión patriotera" de la judicatura

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts critica a los "golpistas de la toga" y les acusa de querer subvertir la legalidad constitucional

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont.

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont. / EFE

EP

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts Carles Puigdemont ha pedido este martes una ley de amnistía más sólida y sin fisuras para frenar la "pulsión patriotera" de jueces y fiscales.

"Es lo que hemos intentado todas estas semanas, hasta el final; nadie podrá decir que no hemos tenido voluntad de llegar a un acuerdo. Pero no lo hemos conseguido", ha destacado en un mensaje publicado en 'X' y recogido por Europa Press después de que Junts haya votado en contra de la propuesta de la tramitación de la ley de amnistía en el Congreso.

Según Puigdemont, ahora disponen de unos días para "rehacer el consenso inicial" para lograr una amnistía que incluya a todo el mundo, compromiso del que no se moverán, ha avisado

Junts reclamaba el blindaje total frente a las acusaciones de terrorismo y el perdón de los delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado y relativos a la defensa nacional, lo que hubiera impedido seguir adelante al juez del 'caso Voloh', que insiste en la conexión del independentismo catalán con Rusia.

"Carencias importantes"

El expresidente catalán ha asegurado que no podían apoyar un proyecto de ley que tiene "carencias importantes que no se han querido corregir".

En caso de haber votado a favor, habrían invalidado el compromiso de hacer "una amnistía integral, completa, sin exclusiones", algo que asegura que acordaron para hacer posible la investidura de Pedro Sánchez.

Esfuerzos de PSOE y Sumar

Pese a todo, ha puesto en valor los esfuerzos que, a su juicio, han hecho el PSOE y Sumar en defensa de una ley de amnistía "en un contexto hostil, de violencia verbal y a veces física; en un clima enrarecido y excitado por los perdedores de la investidura, con formas que si las hubieran adoptado ciudadanos catalanes (o vascos) los habrían llevado ante la justicia con acusaciones delirantes".

Aunque reconoce que el texto inicial se mejoró, cree que los esfuerzos hechos se quedaron "a medias, puede como consecuencia de este clima irrespirable --sobre todo en este agujero negro para la democracia que es el Sistema Madrid-- o puede por debilidades internas del partido".

Así, apunta que la ley que se tenía que votar en el Congreso no es la que les llevó a votar a favor de la investidura de Sánchez: "No era la amnistía que debía expulsar el factor represión que enrarece la conversación política entre España y Cataluña".

"Trampas"

A pesar de opinar que toda ley tiene sus trampas y que la de la amnistía no hubiera sido la excepción, desconoce la razón por la que los socialistas se niegan a desactivarlas, ha dicho literalmente, y dificultar así "el propósito de los golpistas de la toga, que no es otra que la de subtilmente subvertir la legalidad constitucional para sustituirla por la legalidad togada".

Tras reiterar que no confía en el sistema judicial, ha reprochado que haya jueces que instruyen causas independentistas que han participado en "actos públicos" en contra de la amnistía y que, en su opinión, no pueden ser recusados.

También ha cuestionado que decidan investigarlo por terrorismo el mismo día en que debían hacer público el acuerdo con el PSOE y que no haya nadie del poder judicial que se inmute por ello, ha dicho.

"Hay jueces que reabren casos archivados con delirantes tramas que sólo viven en los informes de la policía patriótica, justo el día antes que el Congreso trate la ley de amnistía. Y que conceden entrevistas a medios para explicar detalles del sumario que instruyen", ha lamentado.

Además de censurar estas y otras informaciones "alarmantes sobre la podredura de las entrañas del Estado, durante el gobierno del PP", cree que sólo son la punta del iceberg en el que jueces, fiscales, policías y periodistas se conjugan para subvertir la democracia, en sus palabras.

"Y mientras el fiscal general de turno siempre mira hacia otro lado. ¿Quieren que confiemos en que estos jueces y fiscales nos impartirán justicia? ¿Creen que no les conocemos?", ha preguntado.