La Opinión de Murcia

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Fiestas de Primavera

La Sardina desfila bajo la lluvia

El desfile del Entierro de la Sardina Infantil salió a pesar de la incesante llovizna, que no pudo con las ganas de los sardineros más jóvenes tras dos años sin recorrer las calles de la ciudad

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El Entierro de la Sardinilla infantil, en imágenes Juan Carlos Caval

Se acercaba el momento del pistoletazo de salida y los sardineros tomaban, apresurados, el último aperitivo en los diversos puestos de comida antes de arrancar el desfile del Entierro Infantil. En una avenida Gutiérrez Mellado repleta de gente, bajo una fina llovizna que parecía arreciar por momentos, contra todo pronóstico, contra la misma meteorología, el desfile se puso en marcha pasadas ya las ocho, que era la hora fijada. Dos años después del último, tras una pandemia, los niños arrancaron ansiosos por volver a recorrer las calles de la capital. Pero no solo los niños: eran también numerosos los adultos que los acompañaban e incontables los que habían acudido con sus hijos para ser testigos de un desfile tan largamente esperado, la mayoría cubiertos por paraguas para resguardarse de la lluvia.

A la cabeza del desfile, las banderas de la Región, de la ciudad de Murcia y de la nación, seguidas por banderas representando a los diversos rincones de la geografía regional. Tras las banderas comenzaba el desfile propiamente dicho, una variopinta mezcla de grupos que dieron alegría a la última hora del día, a pesar de la constante lluvia, que no dio respiro.

Contó con todos los elementos típicos: los hachoneros con sus enormes hachones ataviados con prendas multicolores —verdes y blancas, rosas...—, y con el ya clásico capirote cubriéndoles las cabezas; las bailarinas y los bailarines, estos también ataviados con vestidos a cada cual más imaginativo: desde los clásicos colores básicos hasta vestidos compuestos por plumas moradas, por hojas de palmera y motivos tropicales, otros con una hilera de rosas en las mangas... No podía faltar tampoco la protagonista del desfile, ni las diversas charangas que le pusieron ritmo con sus tambores, sus trompetas, sus trombones... Orquestas andantes que parecen conocer todas y cada una de las canciones.

En el desfile tampoco faltaron los disfraces de distintos personajes de dibujos e hinchables que hicieron las delicias de los más pequeños.

Casi a la cola del desfile, la carroza de la Agrupación Sardinera con la sardina infantil surcando un mar de espuma rosácea y olas azules, y recordando que el Entierro no tiene otro origen que el barrio de San Antolín. A la carroza la seguían otras, tiradas por coches y tractores, en las que los niños de los distintos grupos lanzaban juguetes al público, como los tan buscados balones.

El desfile recorrió Alfonso X el Sabio, Plaza Circular, Avda. Constitución, Plaza Fuensanta, Gran Vía, Martínez Tornel y Glorieta de España. Posteriormente, se procedió a la lectura del testamento y a la quema del catafalco.

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