Once años han pasado desde el intento de derribo del molino de Oliver en la pedanía de Aljucer. En concreto, el 2 de enero de 2011, la Junta de Hacendados pretendía destruir esta infraestructura, lo que se evitó gracias a la presión vecinal y de colectivos y asociaciones, que llevó incluso a un grupo de aljucereños a colocarse delante de las palas excavadoras.

Fruto de esa presión, el Ayuntamiento sancionó a la Junta de Hacendados y obligó a reconstruir la edificación, que sufrió daños en su escudo heráldico, que estaba declarado Bien Interés Cultural (BIC). Esos daños fueron denunciados ante la justicia, que condenó al presidente de la junta por un delito contra el patrimonio histórico.

En el pasado Debate del estado del municipio, el alcalde, José Ballesta, anunció la existencia de un anteproyecto de rehabilitación del espacio, aunque desde la Junta municipal, que preside Ainhoa Sánchez, piden que no se quede en un trabajo unilateral del Ayuntamiento, sino que se tenga en cuenta la opinión de los vecinos, «que saben mucho sobre este tema, tienen ideas muy interesantes y, además, les apetece trabajar». Y es que, en esta pedanía hay asociaciones muy involucradas con esta infraestructura, como Patrimonialjucer, que ya trabaja en diversas ideas para darle uso a este recinto, con la colaboración de la Junta Municipal.

Otra de esas asociaciones que reivindican la recuperación del molino de Oliver es la Asociación Juvenil Villa de Aljucer (AJVA), que abandera una propuesta para convertir este lugar en un centro de estudios patrimoniales que recoja la trayectoria que se viene realizando en la pedanía de defensa, estudio y recuperación del patrimonio cultural y etnográfico, en buena parte relacionado con el regadío, la Huerta de Murcia y su paisaje.

«Queremos un lugar, como existen en muchos lugares de España, en el que se puedan realizar investigaciones históricas, encuentros, debates y formar una biblioteca especializada», explica el presidente de la asociación, Pedro Jesús Fernández. La asociación ha invertido los últimos años en recopilar documentación, manteniendo contacto con otras asociaciones y participando en congresos y jornadas, información que aportarían y que permitiría crear un fondo documental de investigación en materia de patrimonio.

«Queremos que se mantenga viva la llama de esta lucha por la defensa del patrimonio que empezamos en 2008», asegura Fernández.

Así, lo primero para AJVA es la reconstrucción del molino. Por ello, la asociación va a pedir a la concejalía de Urbanismo que ejecute la sentencia que obliga a la Junta de Hacendados a reconstruir el edificio. «Si los responsables no lo hacen, vamos a exigir que se encargue el Ayuntamiento», avanza, antes de lamentar que «han tenido 11 años para reconstruirlo».

Estos trabajos incluyen levantar todas las paredes del edificio hasta su altura original, en torno a dos plantas y media, la fachada, y recuperar la maquinaria que quedaba en el molino. También el escudo heráldico, que se encuentra en estos momentos en el Museo Arqueológico, tras ser restaurado. «Pero debe volver a Aljucer», remarca Fernández, quien resume las obras que se deben hacer en que «el edificio debe quedar funcional y habitable».

También alerta acerca de la vegetación y maleza que ha brotado en el entorno. «Incluso ha crecido un árbol dentro de la cimentación, lo cual es muy peligroso para los canales ya que podría hundirse el suelo», explica.

«Pretendemos recuperar el legado, la historia y tradiciones de nuestra pedanía y de nuestros abuelos», señala. «Somos una generación que aún ha visto las acequias funcionando y este tipo de edificios en pie». Así, finaliza, «queremos ser el Pepito Grillo que recuerde que hay cosas que se pueden mejorar y que no podemos perder».