«Encima el Ayuntamiento quiere que arreglemos su solar», se queja José Martínez, presidente de la comunidad de propietarios del edificio Crisol, en Santiago y Zaraiche. Estos vecinos viven realojados (el consistorio de Murcia les dio estas casas a cambio de las suyas, para construir en la zona y hacer la denominada 'milla de oro') y tienen, desde el año 2009, un problema con el solar, de propiedad municipal, que queda entre su inmueble y otro. El caso es que este solar, explica Martínez, está «por debajo del nivel freático de las aguas». Y se les inunda el garaje, especialmente cuando llueve. «El edificio de al lado se impermeabilizó y no les entra agua, pero este no».

Entonces los vecinos pidieron autorización para instalar cuatro bombas de agua (dos dentro del garaje y dos fuera), con las cuales tratar de subsanar el problema. El ayuntamiento de Murcia (en concreto, el servicio de Patrimonio) les dio permiso para actuar.

En el escrito remitido por Patrimonio a los vecinos «se autoriza por decreto a la comunidad de propietarios a la ocupación provisional de la parcela municipal, durante la ejecución de los trabajos de reparación de daños en el muro de cerramiento de sótano de su edificio medianero con la propiedad municipal». Asimismo, se indica que la comunidad de propietarios «debe proceder al desalojo de materiales y enseres una vez finalizadas las obras, debiendo quedar la zona ocupada expedita de cualquier elemento de construcción, en perfecto estado de limpieza, y el terreno de la finca municipal perfectamente nivelado y compactado, respetando la rasante actual, así como el vallado que circunda la parcela».

La sorpresa vino cuando, meses después, los vecinos del Crisol recibieron un nuevo escrito del Ayuntamiento en el que se les pide 8.921 euros «para arreglar la acera» que, en teoría, habría sido dañada por las obras que los propietarios hicieron por su cuenta precisamente al ver que el consistorio capitalino no hacía nada.

«Parte de lo que piden es lo que tendría que haber hecho el Ayuntamiento, como propietario del solar», destacan los vecinos.

En este nuevo escrito de Patrimonio, al que ha tenido acceso LA OPINIÓN, el Consistorio considera que la obra «no se realizó correctamente, ya que las tierras empleadas no eran las adecuadas, al carecer éstas de la cohesión necesaria, de manera que al poco tiempo habían sido arrastradas y en consecuencia la acera cedió».

Prosigue Patrimonio: «Con total seguridad, las tierras seguirán siendo arrastradas, con lo que la acera seguirá rehundiéndose más y más, por lo que consideramos absolutamente necesario solucionar esta situación». Así, el Ayuntamiento estima necesario «demoler la acera, la retirada de las tierras del talud existente de escasa cohesión, el refuerzo del muro del sótano existente mediante perfiles metálicos para evitar el derrumbe debido a nuevos empujes, el relleno y la formación de un talud con tierras cohesivas adecuadas, con la pendiente y compactación adecuada, la estabilización del talud mediante hormigón proyectado por vía húmeda en dos capas de 10 centímetros de espesor total y reconstruir la acera en su cota original, así como reconstruir el armario de la acometida eléctrica y colocar de nuevo el vallado deteriorado». «El coste estimado para las mismas, según el presupuesto, asciende a la cantidad de 7.372,3 euros más IVA, lo que hace un total de 8.921,00 euros», sigue el escrito de Patrimonio. El caso es que el mismo servicio de Patrimonio que les dio permiso para poner las bombas considera responsables ahora a los vecinos de los desperfectos que tiene la acera, y les exige ocuparse de unos nuevos trabajos que, según creen los residentes en el Crisol, son precisamente los que tenía que haber acometido desde el principio este Consistorio.

Agua y mosquitos

Por si fuera poco, en el agua del solar, y que se filtra en el garaje, están apareciendo muchísimos mosquitos, que molestan a los vecinos. Más aún ahora, con el virus Zika de plena actualidad.

Fuentes del Ayuntamiento confirmaron que estos vecinos tienen abierto un expediente, al cual pueden presentar las alegaciones que consideren.