Los casos de psicosis orgánica €aquellos provocados por sustancias alucinógenas€ ha crecido entre los jóvenes en los últimos años por el consumo de drogas, principalmente ácidos y setas. En la mayoría de las ocasiones los episodios psicóticos son pasajeros, pero un consumo prolongado puede tener efectos muy negativos a largo plazo. Así lo afirma Julio César Martín, jefe de servicio de la subdirección de Salud Mental de Sanidad y responsable del proyecto Pipemar €Programa de Intervención Precoz en Estados Mentales de Alto Riesgo€, puesto en marcha de forma piloto en el centro de salud de San Andrés y con el que se quiere detectar de forma precoz la psicosis.

En la Región de Murcia se diagnostican cada año unos doscientos casos nuevos y más de 3.500 personas son atendidas por este motivo en la red de salud mental de la Comunidad Autónoma. La enfermedad suele aparecer entre los 16 y los 30 años, aunque es en torno a los 20 cuando se produce el primer brote o episodio, que suele presentarse en forma de alucinaciones o delirios.

La detección de la población de alto riesgo y la intervención en los primeros episodios son clave para disminuir las complicaciones de la psicosis, de ahí que el programa Pipemar intente que los médicos de cabecera detecten los signos de alarma y deriven al paciente al grupo que se ha constituido en San Andrés, formado por dos psicólogos clínicos y psicólogos internos residentes (PIR) de tercer año.

Martín indicó que detectar y tratar a personas con estado mental de alto riesgo supone, a día de hoy, el mejor momento para la prevención secundaria, limitando o impidiendo la discapacidad asociada a este tipo de trastornos.

El Programa de Intervención Precoz en Estados Mentales de Alto Riesgo €Pipemar€ está disponible para los centros de salud y de salud mental de las áreas sanitarias I, VI y VII (Arrixaca, Morales Meseguer y Reina Sofía).

El coordinador destacó que la colaboración de los médicos de familia es fundamental para detectar precozmente estos casos, por lo que se están realizando sesiones de presentación del programa en los centros de salud de las áreas sanitarias implicadas.

La señal de alarma es que el joven tenga unos padres con antecedentes de psicosis o un comportamiento extraño con pérdida de las relaciones sociales durante más de un mes, «aunque esto último también puede ser una crisis típica de la adolescencia», dijo Martín. Además, que uno de los progenitores tenga esquizofrenia también es un factor de riesgo.

En cuanto a las edades indicó que el inicio en las mujeres es más tardío que en los hombres, ya que en las féminas la psicosis se presenta sobre los 24 años y en los chicos a los 20. En el caso de la esquizofrenia, el 60% de los casos debutan entre los 17 y los 25 años.

Apoyo a las familias

Respecto al programa dijo que no todos los jóvenes reciben tratamiento. Primero se les evalúa y el informe se devuelve a su médico de cabecera, aunque si sufren un brote durante el diagnóstico se les deriva al centro de salud mental para que reciba tratamiento farmacológico. Además, realizan terapia cognitivo conductual, así como psicoeducació y apoyo familiar, ya que los familiares deben saber cómo actuar cuando se presenta un brote.