Cultura

Un camino de velas hacia una calle 'escondida' de más de 800 años en Lorca

La Noche de los Museos muestra la ciudad aún por descubrir con música en todos los rincones

El Arco de la calle Cava dejaba anoche ver un camino iluminado con decenas, cientos de lucecitas. En pequeños tarros de cristal se mostraba la luz que marcaba el recorrido por la empinada cuesta de la calle Rojo y doblaba la esquina hacia Zapatería. Una larga cola mostraba el final del trayecto a los visitantes donde la historia se ponía a sus pies. La ampliación del Colegio Madre de Dios de las Madres Mercedarias permitía en 2018 la puesta en valor de unos restos arqueológicos medievales.

Espectáculo circense en la Plaza de España que fue seguido por decenas de pequeños.

Espectáculo circense en la Plaza de España que fue seguido por decenas de pequeños. / Pilar Wals

Bajo el suelo de cristal se han conservado una calle de más de 800 años de antigüedad, una placeta, unos baños públicos y tres estancias abovedadas. De esta forma, las Mercedarias llevaban la frase ‘poner en valor’ al máximo de su expresión, aunque en el camino tuvieran que prescindir de construir el sótano que pretendían en el subsuelo. De esta forma, sacaban a la luz la historia escondida para poder ser contemplada, musealizada, a través de una lámina de cristal que se ha convertido en el suelo de esta planta del edificio.

En la Plaza de la Hermandad de la Curia los aficionados al flamenco pudieron disfrutar de una gala de este arte.

En la Plaza de la Hermandad de la Curia los aficionados al flamenco pudieron disfrutar de una gala de este arte. / Pilar Wals

Los viajeros de antaño llegaban a los baños inmediatos a la Puerta de Gil de Ricla para asearse después de entrar en la ciudad medieval. Pero muchos años después, en el lugar se enclavó durante más de un siglo un horno y un gran patio donde hubo un caño con un pilón para abastecer de agua potable al convento y hasta un establo. Anoche, el conjunto escultórico de San Blas se dejaba ver de forma excepcional, ya que únicamente lo hace cada tres de febrero con ocasión del día del santo, en que se venden las reliquias y los tradicionales ‘rollicos’ de San Blas.

El jazz estaba muy presente en la Glorieta de San Vicente durante toda la noche.

El jazz estaba muy presente en la Glorieta de San Vicente durante toda la noche. / Pilar Wals

Pero antes de encaminarse los visitantes de la Noche de los Museos hacia el convento de las Mercedarias, podían subir hasta lo más alto de la ciudad y contemplar una magnífica panorámica del recinto histórico desde la torre campanario de San Patricio. Largas colas bajo el arco de la Cava para subir por la empinada escalera, como también en el carrerón de la antigua colegial para recorrer la nave central y sus capillas.

Un pasacalle con los principales héroes de los más pequeños recorría el recinto histórico de la ciudad.

Un pasacalle con los principales héroes de los más pequeños recorría el recinto histórico de la ciudad. / Pilar Wals

En la antigua iglesia de Santa María los alumnos del Conservatorio de Música Narciso Yepes ofrecían un concierto y los visitantes podían conocer el recuperado retablo del templo a través de la última tecnología. En la Plaza de España decenas de pequeños asistían a un espectáculo circense donde incluso ellos fueron protagonistas participando de una ‘guerra’ de cojines con los integrantes de la compañía Cirk About It que pusieron en escena el espectáculo ‘Loop’.

La fachada principal del Palacio de Guevara se convertía en un atractivo más por su espectacular iluminación.

La fachada principal del Palacio de Guevara se convertía en un atractivo más por su espectacular iluminación. / Pilar Wals

En la cercana Plaza de la Hermandad de la Curia, en la calle Santiago, el flamenco era el protagonista. Y en la Glorieta de San Vicente era el jazz. En la Corredera, hasta dos pianos de cola, con la compañía de una harmónica y de una solista. Y el Palacio de Guevara iluminaba de forma extraordinaria su fachada con fuertes intensidades de color que permitían contemplar en todo su esplendor su portada, a modo de retablo.

El Teatro Guerra acogía un espectáculo en el Coros y Danzas contaba sus vivencias entre bambalinas.

El Teatro Guerra acogía un espectáculo en el Coros y Danzas contaba sus vivencias entre bambalinas. / Pilar Wals

Por el lugar desfilaron grandes héroes de los dibujos animados, que hicieron las delicias de los más pequeños. Y el Teatro Guerra se llenaba de refajos con motivo de la cuarenta y una edición de la Muestra Infantil de Folclores Carmen Martínez de Miguel. Malagueñas, jotas, parrandas, seguidillas… interpretaban los más pequeños de Coros y Danzas de Lorca. El escenario lo ‘tomaban’ poco después los más mayores del grupo para contar sus vivencias entre bambalinas, en un recorrido que guiaba Jesús García.

La ermita de Nuestra Señora de los Remedios y San Lázaro fue recorrida por decenas de visitantes con la compañía de una guía que relataba la historia del monumento.

La ermita de Nuestra Señora de los Remedios y San Lázaro fue recorrida por decenas de visitantes con la compañía de una guía que relataba la historia del monumento. / Pilar Wals

A las puertas del Teatro Guerra, un ‘photocall’ en el que los visitantes podían llevarse una fotografía en papel de recuerdo de la Noche de los Museos. Y en grandes letras de corcho el lema de la noche para posar. Entre los primeros que hicieron uso de este espacio, la edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos, a la que acompañaban el alcalde, Diego José Mateos; y el edil de Urbanismo, José Luis Ruiz Guillén.

La edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos; el edil de Urbanismo, José Luis Ruiz; y el alcalde, Diego José Mateos; en el ‘photocall’ a las puertas del Teatro Guerra.

La edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos; el edil de Urbanismo, José Luis Ruiz; y el alcalde, Diego José Mateos; en el ‘photocall’ a las puertas del Teatro Guerra. / Pilar Wals

Otras de las que quisieron guardar un recuerdo de la jornada fueron las ediles populares María de las Huertas y Maite Martínez, que se hacían un ‘selfie’ en la calle Rojo, iluminada por cientos de velas. Y aunque apartada del centro, la ermita de Nuestra Señora de los Remedios y San Lázaro, se convertía en un punto de peregrinación para cientos de lorquinos y visitantes que disfrutaban de un recorrido por el recién inaugurado monumento.

Las ediles populares Maite Martínez y María de las Huertas García, se hacían un ‘selfie’ en el camino iluminado por velas que conducía al Convento de la Consolación de las Madres Mercedarias.

Las ediles populares Maite Martínez y María de las Huertas García, se hacían un ‘selfie’ en el camino iluminado por velas que conducía al Convento de la Consolación de las Madres Mercedarias. / Pilar Wals

Las calles de la ‘vieja ciudad’ se mostraban repletas de lorquinos y visitantes que disfrutaban de un espacio únicamente habilitado para ellos. El recinto histórico se cerraba al tráfico a primera hora y volvía a abrirse bien entrada la madrugada. Y el tren turístico no cesó de llevar viajeros de uno a otro monumento y museo.