Cientos de pequeños reciben al Paje Real en Lorca

El Paje Real llegaba anoche a la ciudad. Y lo hacía montado en su camello con el que recorría las principales calles del casco antiguo. La cabalgata del Paje Real se iniciaba a las puertas del Museo Azul de la Semana Santa, Mass, en la Cuesta de San Francisco. Allí aguardaban desde mucho antes cientos de pequeños con intención de entregarle sus peticiones de última hora para que se las haga llegar a Sus Majestades los Reyes de Oriente.

Entre los que acudían a presenciar la cabalgata estaba el presidente del Paso Azul, José María Miñarro, que afirmaba que esta celebración se ha convertido en un clásico en los días previos a la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. Y recordaba que son los más jóvenes de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, los que se encargan de su organización.

Junto a él, el alcalde, Diego José Mateos, pendiente de los más pequeños que se mostraban felices y que llamaban una y otra vez al Paje Real para que les saludara. Mateos señalaba que esta Navidad todos los actos están siendo multitudinarios. Y recordaba que estos días están especialmente diseñados para que los más pequeños disfruten con la llegada del Paje Real, el Campamento de los Pajes de Melchor, Gaspar y Baltasar y la Gran Cabalgata de Sus Majestades los Reyes Magos.

A las puertas del Mass cientos de pequeños esperaban el inicio del desfile en el que participaban las distintas bandas del Paso Azul. Estandartes de los tres Reyes Magos portaban mensajeros de Oriente que abrían el cortejo. Detrás, pequeños vestidos de pastores y un grupo de ayudantes del paje del Estudio de Danza de Nuria Periago que durante todo el recorrido pusieron en escena distintas coreografías.

Una burra cargada de regalos llevaba a los más pequeños a soñar con los presentes que recibirán en la víspera del Día de Reyes. El cortejo se iniciaba en la Cuesta de San Francisco y recorría las calles Príncipe Alfonso, Lope Gisbert, Álamo y Corredera, para llegar nuevamente a la Cuesta de San Francisco. En el Museo Azul de la Semana Santa el Paje Real abandonaba su camello para adentrarse en el Mass y atender a los más pequeños que le hicieron llegar sus cartas dirigidas a los Reyes Magos.