Ciclismo

Valverde por los siglos de los siglos

El ciclista murciano acaba el Giro de Lombardía, su última carrera, en sexta posición, tras ser batido al esprint por Tadej Pogacar

Valverde saluda a los aficionados italianos.

Valverde saluda a los aficionados italianos. / SPRINT CYCLING

Sergi López-Egea

Levantó el brazo y saludó como si quisiera decir un "hasta siempre" que se escuchase desde Bérgamo hasta el infinito. Colorín, colorado, Alejandro Valverde ya es historia del ciclismo, una leyenda en vivo, un corredor que desde que tenía 20 años y hasta los 42 bien cumplidos no ha dejado de luchar por ganar, en cualquier carrera, en cualquier país o continente. Se fue el ciclista en un monumento, Lombardía, donde su compañero Enric Mas trató de obsequiarle con la victoria que le quitó Tadej Pogacar, porque es muy bueno y rápido. Y acabó la carrera deportiva de un ciclista al que llamaron primero El Imbatido y luego El Bala, otra vez entre los mejores, sexto, para demostrar que todavía podría seguir brillando.

Valverde empiezala carrera abrazadoa Vicenzo Nibali.  EFE

Valverde empieza la carrera abrazado a Vicenzo Nibali. EFE / Sergi López-Egea

Algunos se van del deporte donde han sido figuras por el callejón trasero cuando ven que ya no sirven para el equipo titular y que solo la buena fe de su entrenador lo hace sentar en el banquillo o le ofrece el cambio con el partido finiquitado para que levante la copa y para que sus hijos y nietos conserven esa imagen.

Valverde ha sido diferente. Se va del ciclismo por la puerta grande, peleando hasta el último aliento como ciclista profesional. En estos 10 últimos días en las clásicas otoñales de Italia ha sido segundo, tercero, cuarto y sexto. Siempre ha estado entre los mejores mientras recibía el homenaje de unos tifosi que también despidieron a Vincenzo Nibali, aunque en este caso con una diferencia enorme en comparación a Valverde. Italia no tiene un relevo, ni siquiera un presente, cuando el ciclismo español ha visto el resurgir de Mas desde la Vuelta y en Lombardía mismo festejó la quinta plaza de Carlos Rodríguez, que aprieta con fuerza para ser en un futuro cercano como la Navidad la nueva referencia con Juan Ayuso, ausente de la clásica de las hojas muertas.

Con sus cinco hijos

Valverde estuvo con los suyos. Ni Natalia, su mujer, ni ninguno de sus cinco hijos quiso perderse una carrera que partió como un homenaje al marido y padre. Llegó al podio de salida en compañía de Nibali y desde el principio supo que él no era el hombre fuerte del equipo pero sí el que tenía que dar la pedalada de apoyo definitiva a Mas para cuando el mallorquín pasase al ataque. O fuera el que respondiera con fuerza, en la ofensiva final de Pogacar, a 20 kilómetros de meta.

Desde atrás escuchó como el corredor mallorquín peleaba con Pogacar por la victoria, un triunfo que se jugó el dúo al esprint con Mikel Landa, resurgido de sus cenizas, en la tercera posición. Llegaron luego el corredor colombiano Sergio Higuita y Carlos Rodríguez, que se disputaron la cuarta y quinta plaza de la clásica italiana. Entonces apareció el pequeño grupo con Romain Bardet y Adam Yates como compañeros de Valverde. Vieron que el ciclista murciano aceleraba en su último esprint. Nadie quiso disputarle el honor de encabezar ese pelotón reducido. Y por eso hasta tuvo tiempo de saludar a los espectadores.

Unos datos impresionantes

Nunca más se pondrá un dorsal a la espalda. Queda atrás un palmarés impresionante con 133 victorias oficiales, aproximadamente el 10% de todas las carreras que ha disputado. Y llega ahora la época pos-Valverde para recordar sus gestas, sus alegrías, varios ¡mecachis! cuando la victoria se esfumó en los últimos metros; ese Tour que jamás se consiguió, el Mundial de 2018, sus bromas, de las que ni siquiera han sido ajenos los periodistas que lo han seguido durante las últimas dos décadas. Y, sobre todo, el constatar que casi en la mitad de todas las carreras que ha disputado ha estado entre los 10 mejores. Una auténtica barbaridad lo que ha logrado el murciano a lo largo de su amplia carrera.

"Me siento supercontento. Ha sido el final soñado durante 10 días en Italia, increíblemente bonitos. He trabajado por Mas. Tenía que estar con Pogacar. Y así ha sido. Yo he controlado a los rivales. Y he podido terminar sexto", declaró en su último día en activo. Por los siglos de los siglos.