Los actuales dirigentes del Real Murcia se han marcado como objetivo llegar a la cifra de 15.000 abonados en la campaña de captación de socios que se presentará el próximo lunes, un número que choca con la realidad y con la historia de una institución que en las dos últimas décadas solo se ha permitido el lujo de manejar estas cifras solamente un curso y en Segunda División, concretamente en la temporada 2008-2009, justo después de la última estancia del equipo en Primera División y además tratándose de una cifra a la que el club grana no ha sido capaz de asomarse fuera del fútbol profesional. El Murcia va a comenzar su quinta campaña consecutiva en Segunda B y el club que preside Víctor Gálvez tendrá que sacarse algún as de la manga en busca de un aumento en la venta de carnés que no han conseguido tampoco sus predecesores en el cargo.

Hasta el fallecimiento de Jesús Samper en diciembre de 2015, la excusa más generalizada que se impuso en la grada es que con el madrileño al frente del club iba a ser difícil rebasar las cifras de abonados más recientes, aunque el tiempo posterior a la etapa de Samper ha terminado por evidenciar que ninguno de los dos presidentes que ha tenido después la entidad ha sido capaz de aprobar esta asignatura pendiente. Tras la muerte de Samper a finales del año 2015, el consejo de administración pasa a estar liderado por el abogado murciano Guillermo Martínez Abarca, quien tomó las riendas de la entidad tras la desaparición de Samper y quien dejó el cargo prácticamente un año después, cuando la figura de Raúl Moro comenzó a dejarse ver como posible comprador del club. En el verano de 2016, ya sin Samper y con Abarca pidiendo auxilio para movilizar al murcianismo, la cifra que se alcanzó finalmente fue la de 7.033 socios, una cantidad que sigue estando muy por debajo de lo que se han planteado los nuevos dirigentes granas, quienes no han tenido problemas en marcarse la cantidad de 15.000 abonados como un objetivo casi obligado para la afición, a pesar de que todos los años de sinsabores y de que la interminable estancia en Segunda B también han servido para minar un poco más la paciencia de los seguidores murcianistas.

Antes de la llegada de Víctor Gálvez al despacho de presidente, la otra persona que también intentó romper las estadísticas fue Raúl Moro, quien según la información que facilitó el club llegó a alcanzar la cifra de 9.000 abonados para un curso en Segunda B en el que la afluencia al estadio cada dos semanas terminó por poner de relieve que los números estaban sensiblemente abultados por parte del anterior consejo.

De hecho, en los últimos dieciocho años, la entidad deportiva más importante de la Región, salvo dos estancias en Primera, solo ha superado la barrera de los 15.000 socios en una ocasión, en la 2008-2009 y en Segunda División.

Para que los aficionados se hagan una idea, el proyecto deportivo multimillonario que Samper le puso sobre la mesa a Iñaki Alonso para que ascendiera de calle en una sola temporada y regresar así al fútbol profesional por la vía rápida (2010-2011) estuvo respaldado finalmente por 8.676 abonados, otro dato que pone más de relieve lo complicado de lo que quiere hacer este curso la directiva grana, que hace un mes anunciaba fichajes de relumbrón y que desde hace casi una semana ha cambiado su discurso por otro en el que la austeridad económica ajustada a los ingresos por la campaña de abonos parecen ser las claves para confeccionar el nuevo proyecto deportivo.

Lo que hasta ahora ha desvelado la entidad es que el precio de los carnés oscilará entre los 60 y los 230 euros, cifras que en cualquier caso no han sido todavía detalladas. Ahora le toca el turno a los aficionados, ya que en las oficinas le toca dar con la tecla a Toni Hernández, el hombre que ha llegado a uno de los despachos más delicados de Nueva Condomina y al que su jefe ya le ha encomendado hacer un equipo que termine líder.