El Real Murcia supo sufrir, supo reinventarse y supo ser competitivo. Con esos argumentos, también supo ganar un partido trampa en el que en tres minutos se le puso del revés. Lo que otras veces no se supo hacer, lo hizo esta vez el Murcia, remontar cuando estaba con el agua al cuello. Y con esa determinación de equipo con hambre, los de Paco García obtuvieron tres puntos importantísimos que le acercan a la zona alta de la clasificación. Pese a las ausencias de Golobart, Germán, Javi Saura y Wilson Cuero, los granaas funcionarion como equipo y se levantaron cuando parecían hundido en el barro, sumando por primera vez esta temporada dos victorias consecutivas.

Salió con ganas el Real Murcia, intentando gobernar el partido desde el primer minuto. Y por ello el equipo murcianista salió de su campo para buscar la portería de Paco García desde el primer momento, abriendo el juego a las bandas para profundizar con el desborde de Isi y Titi y en un centro del asturiano, Borjas Martín estuvo a punto de embocar el balón a gol.

Por su parte, el equipo almeriense intentaba sorprender a balón parado, sobre todo en los saques de esquina, pero no logró su propósito. Lo que sí hacía el equipo de Alberto González era aumentar su presión y con ese trabajo neutralizar a un Real Murcia al que le costaba más construir jugadas con cierto sentido.

Con todo, los granas seguían generando oportunidades en jugadas aisladas y Borjas, de nuevo, tuvo la oportunidad de hacer el primer gol después de un centro de Diego Benito que cabeceó con intención de superar al adelantado portero local que, finalmente, despejó el balón después de tocar en el travesaño en una gran demostración de reflejos.

Adrián Cruz remataba poco después en el área pequeña en otra tentativa de un Murcia que se imponía en juego y ocasiones a su rival. Diego Rivas permanecía inédito, porque el equipo murciano no permitía que El Ejido le hiciese trabajar.

Estaba el partido de cara para el Real Murcia, que sin hacer un gran juego mandaba en el partido y se adelantaba en el marcador tras un centro de Borjas Martín que Titi llevó a la red con un gran remate desde la frontal, batiendo por raso a Manu García. El gol premiaba la buena actitud de los murcianistas, que habían buscado el gol con tenacidad y paciencia y que de esta forma llegaban al descanso con una valiosa ventaja.

Tras la reanudación, el Murcia se mostró más sólido que su rival y salió decidido a sentenciar con el segundo gol.

Isi, que seguía siendo un quebradero de cabeza por banda, sirvió un buen balón a Adrián Cruz, pero el remate del centrocampista grana rebotó en un defensor local. Pasados diez minutos, Alfonso probó a Diego Rivas, que atajó abajo sin problemas, en la que fue la primera tentativa de los locales.

Cinco minutos después no fallarían y Samu Corral, aprovechando un error en el despeje de Jaume Sobregrau, ponía el empate en el marcador. El gol, por lo inesperado, noqueó a un Murcia que mostró su cara más frágil y que en unos minutos de desconcierto tiraba por la borda su buen trabajo al recibir el segundo tanto, también con la firma de Samu Corral, quien en esta ocasión se benefició de un despiste defensivo de toda la línea grana.

La reacción de Paco García en el banquillo no se hizo esperar y puso en el campo a Roberto Alarcón como medida paliativa. Afortunadamente, el Real Murcia supo reaccionar y, aunque se trataba de volver a empezar, llegó a tiempo para hacer el empate, obra de Fran Morante tras una asistencia de Titi. El extremo asturiano demostraba su positiva influencia en el juego ofensivo del equipo.

Se había desatado el partido y ya no había rigor táctico alguno. La búsqueda del gol se practicaba por el camino más rápido y directo, con el riesgo que eso suponía. Mérida tuvo el 3-2 en dos ocasiones, pero eso no amedrantó a un Real Murcia dispuesto a asumir riesgos.

No se conformó el Murcia, obligado a resarcirse de sus malos momentos y convencido de que podía darle la vuelta al partido. Quedaba tiempo y sobraban ganas, porque los de Paco García estaban otra vez en el partido. Y así llegó el tercer tanto, obra de Isi, que ponía otra vez al Murcia con ventaja tras un extraordinario control en la frontal y un no menos espectacular remate a la media vuelta.

A tres minutos del final, el equipo de Paco García tenía ahora que conservar su botín con la cabeza bien fría y no cometer errores. Y así lo hizo, también en los cuatro minutos de tiempo añadido en los que supo gestionar su ventaja frente a un rival atolondrado que no creó situaciones de peligro.