Fútbol y machismo no consiguen divorciarse de una vez por todas. Es una lacra que perdura en el tiempo y que cada fin de semana ocupa titulares por culpa de unos pocos desalmados que hacen más ruido de la cuenta. Hace unos días leíamos como un aficionado del Hércules había sido multado con 6.000 euros por mandar a fregar a una linier murciana durante el choque que los alicantinos disputaron en el Rico Pérez frente al Atlético Baleares. Este fin de semana, en La Condomina, se dio un paso más en otro mal ejemplo para un deporte que siguen millones de personas. Nada más acabar el encuentro entre el UCAM Murcia y el Algeciras, cuando los jugadores visitantes se disponían a subir en el autobús para poner rumbo a casa, Alejandro Rodríguez Melchor era golpeado por un seguidor murciano, agresión que le provocó un grave moratón en el ojo y por la que tuvo que recibir tres puntos de sutura. Todo por defender a la fisioterapeuta de su equipo, Rocío Casas.

Pocos conocían los detalles de un incidente que acabó con el seguidor del UCAM en comisaría y con un comunicado del club universitario en el que se condenaba lo ocurrido. Pero el lunes, ya en casa, Melchor atendía a varios medios de comunicación para explicar un suceso que todavía no entiende. Todo comenzó en el mismo terreno de juego. Concretamente cuando el delantero del Algeciras era sustituido y se marchaba directamente al banquillo. Allí vivió en primera persona como un grupo de seguidores del UCAM lanzaban «groserías» hacia Rocío Casas, fisioterapeuta del club albirrojo. «No paraban de hacer bromitas de mal gusto y de lanzarle insultos machistas», comentaba en declaraciones al diario ABC. Melchor se incorporaba del banquillo para recriminar a los aficionados su actitud, a lo que «respondieron con más insultos» e incluso le retaron a encontrarse fuera. «Pensé que era una brabuconada», continúa, pero la realidad fue otra.

Nada más salir del estadio, cuando se disponía a subir al autobús, el delantero del Algeciras se cruzó con su agresor, quien le decía «yo pago una entrada y tengo derecho a insultar». «Se fue envalentonando y hasta me amenazó con partirme el palo de una bandera en la cabeza», comenta en el mismo diario. No fue eso lo que ocurrió sino que el jugador, después de esquivar un cabezazo del seguidor del UCAM, vio como le golpeaba con el puño en toda la cara. «La cosa no fue a mayores porque la Policía apareció muy rápido».

Veinticuatro horas después, el delantero, que tiene claro que «lo volvería a hacer porque esas actitudes no son normales en pleno siglo XXI», califica el incidente de «lamentable». «Siento rabia, sobre todo por Rocío». «Ella no se merece eso, solo estaba trabajando y es una chica majísima».

Eso sí, Melchor, en declaraciones a EuropaSur, deja claro que «fue solo un loco, la afición del UCAM no es violenta», además de dar «las gracias a los jugadores y al cuerpo técnico del UCAM que se preocuparon de mí desde el primer momento».