El día grande de ‘Últimas voluntades’, el acicate de la Murcia cinematográfica

El equipo de la película, con el director Joaquín Carmona y el actor Fernando Tejero a la cabeza, presentan y prestrenan el filme en la capital del Segura

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Ni Nerea Camacho, ni Carlos Santos ni el mismísimo Fernando Tejero. Ni siquiera su director, Joaquín Carmona Hidalgo. En la mañana de este martes se presentó en el Real Casino de Murcia la película Últimas voluntades, y la gran protagonista de la rueda de prensa fue... la Región. Esa que lleva involucrada en el proyecto desde sus orígenes, hace ya casi ocho años; esa que, pese a las dificultades, nunca ha dejado de ser la primera y única opción para el realizador y su guionista (Salva Serrano); esa que acogió entre finales de 2021 y principios del año pasado el rodaje del filme; esa que rara vez es escenario de grandes producciones –como ésta, con un presupuesto por encima del millón de euros– y que ayer, con el prestreno de esta cinta, da un pasito de gigante en la construcción de una industria cinematográfica propia.

Así lo indicaba Alejandro Rius, de la productora Maskeline, para quien el día de ayer –particularmente simbólico para todo el equipo– fue posible solo gracias a la colaboración entre todas las partes: el sector y las instituciones. «Durante estos últimos años hemos trabajado conjuntamente con el Instituto de las Industrias Culturales y las Artes (ICA) y Hacienda para poder desarrollar, no solo para esta película, sino para un montón de proyectos más que se están poniendo en marcha, un montón de líneas de ayudas para el cine. Ahora sí, vemos claramente que nuestro Gobierno nos apoya, que trabaja con nosotros y para nosotros, para poder desarrollar entre todos esa industria que tanto ansiamos en la Región», apuntó el murciano, director de Producción del filme y centro de todas las bromas del equipo durante la comparecencia ante los medios.

Y eso que, según Daniel E. Moncho, de Biopic Films –la otra productora regional involucrada, y que junto a la catalana La Charito Filmes completa el trío de compañías tras Últimas voluntades–, durante aproximadamente el 70% de toda esta «aventura» solo tuvieron «apoyo privado». «Luego, efectivamente, el ICA, el Gobierno regional y distintos ayuntamientos (Molina, Mazarrón, Fuente Álamo, Calasparra), se fueron incorporando al proyecto –explicó el productor ejecutivo de la cinta–, haciendo posible que el sueño de una serie de individuos, con el esfuerzo y el trabajo de otros tantos, se haya podido materializar en algo tan bonito como esta película; película que jamás nos hubiéramos imaginado que alcanzaría esta dimensión».

Porque ese fue el segundo gran protagonista del acto: el sueño de dos locos, la epifanía que hace algo más de siete años y medio experimentaron Salva Serrano y, muy especialmente, Joaquín Carmona Hidalgo. Y es que en la «ilusión» de Carlos Santos, Nerea Camacho y el propio Fernando Tejero, representantes este martes del elenco actoral –en el que también figuran, entre otros, Óscar Casas y Adriana Ozores–, se filtraba en todo momento la satisfacción por haber colaborado en llevar a buen puerto esa visión casi quimérica del murciano, que debuta en el largo. Camacho, que ya había trabajado con anterioridad con el realizador, fue quien mejor lo explicó con palabras: «Este es el proyecto que más ilusión me ha hecho rodar de cuantos he afrontado, y no lo digo por quedar bien. Porque, al margen de que el personaje me gusta, el guion me encanta y los compañeros con los que he tenido la suerte de trabajar son fantásticos, hay un tema personal en este trabajo. Básicamente, me hacía ilusión por él, por Joaquín, por poder ayudarle a que su proyecto saliera adelante. Y, en ese sentido, estoy muy contenta, porque se lo merece, porque ha puesto muchas ganas en esta película y hoy, por fin, estamos todos aquí, a punto de prestrenar».

En este sentido, el director reconoció que este película lo ha significado «todo» para él. «Ha sido mi vida durante los últimos ocho años; particularmente durante los dos últimos, prácticamente no he hecho otra cosa que dedicarme en cuerpo y alma a Últimas voluntades. Pero, vamos, es lo que quería», aseguró Carmona Hidalgo, que se refirió a su «vocación» y afán por contar historias. «El único juguete que conservo de pequeño es una cámara de juguete. Pero es que, cuando fui un poco más mayor –con diez años o así–, ya empecé a hacer cortos como la videocámara de mi padre. Yo no sabía ni lo que estaba haciendo, pero escribía a un guion, juntaba a mis amigos y grabábamos. Así que imaginarios lo que significa para mí verme ahora, treinta años después, en ese cartel junto a los nombres de todas estas personas», concretó el director, que sentenció con un: «El cine es mi vida».

A su derecha se sentaba Tejero, gran protagonista de la cinta y centro de todos los flashes. El cordobés se mantuvo callado durante buena parte del acto, pero cuando le tocó tomar la palabra no dudó en elogiar al equipo de Últimas voluntades. «Cuando me ofrecen un proyecto, para mí es muy importante conectar con aquellos con los que voy a trabajar, porque durante un tiempo se convierten en mi familia. Por eso me gusta estar con gente que te lo ponga fácil, igual que yo intento colaborar en todo lo que pueda para que los demás estén a gusto conmigo. Y, en ese sentido, estar a las órdenes de Joaquín ha sido fascinante: por el respeto, por las ganas que transmitía y por ver cuánto ha disfrutado haciendo esta película, a pesar de las muchas piedras que nos ha puesto el camino. Porque entre la pandemia y demás, no ha sido sencillo llegar al día de hoy –reconoció Tejero, implicado en el proyecto casi desde el día uno–, pero el amor y las ganas que le hemos puesto merecen una recompensa. Así que invito a todo el mundo a que vaya al cine a verla el día 30», que es cuando se estrena en salas.

Por su parte, Carlos Santos destacó el haber tenido la oportunidad de trabajar en casa. «Rodar en mi tierra una producción que nace aquí, con gente de aquí, es... un orgullo. Grabar en Platería, en Trapería, en Calasparra..., ver por allí paseando a Fernando, a Nerea, a Óscar... es algo indescriptible. Jamás hubiera pensado poder estar en un proyecto así. Porque se han hecho cosas en la Región, pero nada que surgiera de una productora murciana, con un director y un guionista murcianos», señaló. Y por eso grabar en la Comunidad era desde el principio condición sine qua non, aunque a nivel narrativo no fuera un imprescindible: «Está ambientada aquí, pero se podría haber desarrollado en cualquier otro sitio. La cosa es que nuestro empeño era que se rodara en Murcia», explicó Salva Serrano, que además de firmar el texto, también actúa.

Preguntado sobre el porqué, Serrano no se anduvo con moralinas: «Porque a todos nos gusta trabajar en casa, no tenerte que ir fuera. Y luego también porque –añadió–, desde el punto de vista tanto técnico como actoral, hay un nivel muy alto (gracias a las facultades de Audiovisuales, a la ESAD, etc.)». De hecho, gran parque del equipo de Últimas voluntades está compuesto por profesionales de la Región, lo que es especialmente visible en el apartado actoral, donde aparecen grandes nombres del teatro murciano como los de Alfredo Zamora, Eva Torres, Alberto García Tormo, César Oliva... «Además –continuó Serrano–, cuando actores de fuera como Fernando y Nerea vienen a Murcia a rodar durante un mes, como por aquí somos tan acogedores, al final se acaban enamorando de la ciudad; y es ahí donde todavía tenemos trabajo que hacer: en vender lo nuestro de puertas para afuera, porque está a la altura de cualquier otro sitio, incluso en lo referente a localizaciones», aseguró.

A este respecto, Rius añadió que se está trabajando en ello, pero el camino es «largo y complicado». «Otras comunidades nos llevan una gran ventaja porque..., simplemente, llevan mucho más tiempo trabajando en el cine como un proyecto económico, industrial. Nosotros, las distintas asociaciones relacionadas con el audiovisual en la Región, nos unimos hace unos años para colaborar en conjunto en la creación de una buena base sobre la que estructurar nuestra propuesta, de un tejido que hasta ahora no teníamos. Con la gente del ICA y de Cultura preparamos una importante batería de ayudas, participamos e impulsamos la creación de la Film Commision y, en la actualidad, nos estamos enfocando en tratar de adaptar nuestras empresas a las exigencias de este tipo de proyectos. Porque, claro, para poder ofrecer Murcia como esa gran localización que entendemos que es, debemos estar preparados para acoger con garantías a quienes acepten esta invitación; cuando tengamos claro que así es, saldremos a venderla», explicó el productor. ¿Y eso cuándo va a ser? «Yo creo que a lo largo de este año. Saldremos los últimos, pero con fuerza». Y Últimas voluntades será el acicate.