Dice Juanchi López que «lo ideal sería mezclar lo viejo y lo nuevo». Aunque es fácil imaginar que cualquiera que diga eso se refiere a cualquier aspecto de la vida, López habla del mundo de la fotografía.

«Antes era todo muy lento, lentísimo, -dice-, piensa que yo empecé en LA OPINIÓN en el año 88, y no veas la que había que montar para sacar una foto. Algunas hasta se publicaban dos días después de haberse tirado. Ahora lo tienes todo en cinco minutos publicado; es evidentemente mucho más cómodo, pero se ha perdido un elemento de artesanía que a muchos nos hizo querer dedicarnos profesionalmente a esto de la fotografía. Además, ahora cualquiera puede ser fotógrafo, y eso no es del todo así, un móvil con una buena cámara no te convierte en fotógrafo».

Es una de las conclusiones a las que se puede llegar tras observar De Blanco y Negro al Color. Tres Generaciones, la exposición que ocupa desde finales de la semana pasada los laterales de Alfonso X y que hoy será inaugurada por el alcalde.

Dentro de la programación del Festival Internacional de Folklore en el Mediterráneo, la muestra recorre el trabajo de tres ilustres fotógrafos murcianos: Juan López, Ángel Martínez y el propio Juanchi. Abuelo, padre e hijo. El lazo familiar, además, le da un nuevo significado a las 20 imágenes: no solo se cuenta la historia de la Región a través de ella, sino la historia de una familia.

«Hicimos un trabajo de selección importante con las fotos de mi abuelo, que estaban en el Archivo Municipal. Como no podía ser de otra forma, fue un proceso muy emocionante». Rodeado de esa mística que tenía cualquier oficio relacionado con la prensa hace décadas, Juanchi tira del hilo: «Antes un fotógrafo iba a un sitio y lo que estaba pasando ya era, por ese mismo hecho, algo importante. Se nos tenía un respeto. Ahora vas a cualquier sitio y hay mil personas con su móvil levantado, dificultándote el trabajo. No hay duda -concluye- de que ahora es más difícil ser fotógrafo».