Agricultura

El virus rugoso y el calor acaban con hasta el 70% de la producción de tomates en la Región

Se trata una enfermedad de la que se supo por primera vez en 2015 en Jordania y a partir de ahí se ha propagado por el planeta, llegando a arruinar plantaciones completas de esta hortaliza

Tomate rugoso afectado por el virus

Tomate rugoso afectado por el virus / L.O.

Numerosos agricultores de tomates de la Región están a punto de abandonar este cultivo. Muchos de ellos han perdido, como mínimo, un 40% de la producción solo por el virus rugoso (ToBRFV). A ello hay que añadir pérdidas de entre un 20% y 30% por el calor que hizo durante el verano. Esto es lo que asegura Remigio Ávila, responsable del Área de Tomates en la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de la Región. Y es que los dos principales problemas para producción de tomates son hoy día, según Ávila, el calor y el virus rugoso.

Este virus apareció hace unos ocho años en Jordania y se ha ido extendiendo por todo el planeta. España está afectada desde hace unos dos años y hasta Marruecos, uno de los principales competidores en la producción de tomates, sufre este problema. En concreto, en la Región, señala Ávila, se ha perdido más del 40% de la cosecha de tomates. «Hay quien incluso ha perdido el 100%», asegura.

Por el momento, no hay variedades que resistan a este virus. Además, Ávila acusa a una empresa de haberles «estafado» porque les vendieron semillas 300 euros más caras de lo habitual que supuestamente eran resistentes. Al poco de plantarlas, se contagiaron del rugoso. Por 1.000 semillas pagaron 600 euros en vez de los 300 euros que cuestan las normales.

Dada la situación, Ávila dice que hay empresas que han tenido que cerrar y ya hay quienes consideran dejar de un lado el tomate para plantar otros cultivos, como el pepino o el calabacín. Estas dos hortalizas son resistentes a dicho virus.

A nivel nacional, se ha elaborado el Plan de Acción Nacional y un Plan Nacional de Contingencia frente a ToBRFV. Como si de un covid humano se tratara, algunas de las normas son desinfectar diariamente las herramientas de trabajo y queda prohibido usarlas en otros invernaderos. O hay que eliminar las malas hierbas que pudieran servir de reservorio del virus.

Al virus hay que sumarle otro factor. Ávila explica que el verano pasado fue duro porque ya no es que hiciera calor durante el día, sino que las noches también fueron calurosas. Esto hizo que las plantas de tomates sufrieran un estrés excesivo y no pudiesen recuperarse durante la noche. La situación se repitió durante cincuenta días y noches, en los que los termómetros no dieron tregua. Esto lo corrobora el presidente de Asaja de la Región, José Martínez, quien dice que la flor de las plantas no pudo cuajar por el calor y se perdió bastante producción. Ávila calcula que las pérdidas rondaron entre un 20% y un 30% de la producción. En total, entre el virus y el calor las pérdidas rondan el 70% de los cultivos. Es por ello que la Región, según dice Ávila, tiene que importar tomates de fuera.

¿Soluciones? «No podemos poner aire acondicionado en el invernadero», dice con ironía Ávila. Por ello cree que la Administración tiene que buscar la manera de resolver el problema que atraviesa el sector.

Si estos dos problemas no fueran suficientes, la inflación ha encarecido enormemente las materias primas y los suministros (insumos). Un ejemplo es que, un kilo de nitrato pasó a costar de 0,60 céntimos a 1,40 euros tras la guerra de Ucrania. Marruecos, cuya producción de tomates es un 80% más barata que en España, lleva años acaparando cuota del mercado de la Unión Europea.

Ávila no cree que todavía sea el fin del cultivo de tomate en la Región. Señala, no obstante, que aún quedan dos años malos. En un informe del Ministerio de Agricultura de este año, la previsión es que las hectáreas destinadas al tomate en la Región desciendan.

Imagen UPTC

Técnica de la UPCT / L.O.

Técnicas para ahorrar agua en el riego de árboles

La Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) busca la manera de ahorrar agua en el riego de árboles. Para ello prueban una técnica llamada ‘tomografía eléctrica de alta resolución’. Es lo que están realizando investigadores de la Escuela de Caminos y Minas de la UPCT, en un proyecto liderado por el CEBAS (Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura). Los ensayos se realizan en cultivos de garroferos, ubicados en Fuente Álamo. Los investigadores están implementando biotecnología y agrosoluciones para el modelado de riego-fertirrigación.