Meteorología

Técnicos de aire acondicionado no dan abasto en la Región: "Hay mucho trabajo y poco personal"

Algunos profesionales han sufrido lipotimias en sus puestos de trabajo

Empresas de climatización explican que la gente es impaciente y a veces hasta agresiva al exigir que vayan ya a reparar su avería

Una persona espera el autobús con un ventilador debajo del brazo, este jueves en la capital de la Región, bajo un calor que hacía estragos.

Una persona espera el autobús con un ventilador debajo del brazo, este jueves en la capital de la Región, bajo un calor que hacía estragos. / Juan Carlos Caval

Ana Lucas

Ana Lucas

«Estamos a reventar, saturados de trabajo», subraya Daniel Franco, dueño de Instalfrica, empresa de aire acondicionado ubicada en Santiago El Mayor, en Murcia. Entre instalaciones de nuevos aparatos de refrigeración en domicilios y comercios y la reparación de los que se averían, no dan abasto. Franco, que atiende a La Opinión por teléfono, lamenta que «la gente no tiene paciencia de educación», ya que quieren que arreglen su aparato «a la de ya, de un día para otro» y llegan a tomarla con los propios técnicos. «La gente es muy impertinente», dice. 

«Tenemos todo el año para instalar las máquinas», comenta el responsable de la sociedad, que insiste en que «ayer llegué a mi casa a las nueve de la noche y no podía con mi alma».

 Daniel Franco insiste en que los ciudadanos no entienden que «hay mucho trabajo y mucha instalación» y no es extraño que tengan que esperar 48 horas para que un técnico vaya a su casa. Además, pese a que se imparten cursos de formación, «no hay personal cualificado», remarca.

«Cada vez hay más máquinas y menos gente», reitera el empresario, que pone el acento en que «es un trabajo muy duro, sacrificado y desagradecido», al tener que lidiar con vecinos impacientes y hasta agresivos verbalmente a quienes «les da igual, quieren que vayamos ya». «Ya no cogemos a personas que no sean clientes», reconoce al respecto.

En su compañía tiene cinco personas, aunque «hay uno de baja, porque la semana pasada le dio un desmayo trabajando, le dio una pájara». Aunque no estaba al sol, «estaba trabajando y sudando», manifiesta. 

"Es un trabajo muy duro, sacrificado y desagradecido", tiene claro el propietario de Instalfrica, en Murcia

«No hay gente, no hay técnicos», hace hincapié, al tiempo que precisa que «hay cursos de formación de las marcas, porque cada máquina tiene sus códigos». Paradójicamente, Franco tiene el aparato de aire de su casa roto.

En la misma línea se muestra Isabel Mª Fuentes, encargada de VSR Instalaciones Térmicas, en Los Dolores de Cartagena, donde se encuentran «muy saturados» debido a que «hay mucha demanda de equipos, muchas averías y equipos que no se mantienen».

Daniel Franco, dueño de Instalfrica, muestra aparatos de aire a dos mujeres, este miércoles.

Daniel Franco, dueño de Instalfrica, muestra aparatos de aire a dos mujeres, este miércoles. / Juan Carlos Caval

Con las olas de calor haciendo estragos, «todo el mundo tiene prisa y quieren que lo suyo se haga ya», apostilla. En este tipo de aparatos de climatización «se recomienda hacer un mantenimiento anual, aunque la mayoría no lo hace, y al final eso pasa factura».

Fuentes resalta que «los equipos tienen que trabajar más, los que tienen algunos años empiezan a dar problemas o ya terminan su vida». Esto es, que se rompen para siempre

Otra práctica que hace bastante gente, detalla, es que «compran los equipos en los centros comerciales y te buscan para que se los montes tú». Para ahorrarse algo de dinero. Sin embargo, «con la demanda que hay ahora mismo de trabajo, no podemos abarcar esos equipos», deja claro la responsable de VSR Instalaciones Térmicas, donde también han sufrido «agresividad» por parte de algunos vecinos impacientes.

«Gente que te llama diciendo que son diez minutos, que no entiende que antes que ella ha llamado otra gente, que está agendada, está confirmada. No se puede sacar a un técnico de una casa de pronto para ir corriendo a otra», comenta, para apuntar que «hay gente muy buena, pero también impacientes». 

El centro de FP de la FREMM imparte tres cursos de frío y calor este año y forma a 45 personas desempleadas

El Centro Integrado de Formación Profesional FREMM ‘Arsenio Sánchez Navarro’ ha impartido tres cursos de frío y calor este año y formado a 45 alumnos, todos ellos desempleados, informan desde la Federación del Metal.

No obstante, Juan de Dios Gómez Vicente, presidente del Gremio Regional de Instaladores de Frío y Calor, que agrupa a alrededor de 400 empresas de la Comunidad, apunta que «tenemos pocos profesionales y tenemos que formarlos prácticamente nosotros», ya que muchas veces de los cursos «salen con mucha teoría, pero, en la práctica, cero».

"El colapso está servido"

Sin embargo, «el principal problema es la falta de previsión de los usuarios: gente que llamó hace cuatro meses para revisar la máquina, se le dio presupuesto y ahora tienen prisa», destaca.

A su juicio, en la Región «no hay cultura de mantenimiento» de los aparatos de aire, con lo cual «el colapso está servido».

Juan de Dios Gómez Vicente comenta que hay personas que «no tienen dinero para un aparato nuevo y nos piden que reparemos cosas que sabemos que no van a funcionar». «A una máquina que tiene muchos años no se le puede dar garantía, pero económicamente hay dificultades», significa al respecto.

También deja claro que lo primero es la seguridad de sus trabajadores, que «son personas, no los puedes tener a las tres de la tarde en un torreón poniendo una máquina». «Tenemos que velar por nuestra gente, yo tengo horarios restringidos: por la tarde tengo prohibido que se monten máquinas por estas temperaturas extremas», sentencia el presidente del gremio, que lamenta que «eso la gente no lo entiende, ellos quieren que se solucione su problemas». «No voy a poner a una persona a cuarenta y tantos grados a trabajar, porque no. Y no lo entiende la gente. Pues lo siento mucho, que hubiesen sido más previsores, que sabían que el verano vendría», espeta.

Una mujer, abanico en mano, este martes sentada en una escalera de la Gran Vía de Murcia.

Una mujer, abanico en mano, sentada en una escalera de la Gran Vía de Murcia. / Juan Carlos Caval