Salud

En la obra, pintando una casa o trabajando de jardinero: las víctimas del calor el día de la alerta roja en la Región

El balance oficial del 061 hablaba de siete atendidos, aunque los avisos por mareos, desmayos o no poder respirar fueron muchos más

Personas tomando el sol en Cala Cortina, en Cartagena, este jueves.

Personas tomando el sol en Cala Cortina, en Cartagena, este jueves. / IVAN URQUIZAR

Ana Lucas

Ana Lucas

Síncopes, desmayos, mareos y esa sensación de no poder respirar. La ola de calor hizo estragos en la Región en su día de más bochorno, el miércoles. A modo de balance, el Centro de Coordinación de Emergencias indicaba al finalizar esa jornada que habían sido atendidas en la Comunidad murciana siete personas, con edades comprendidas entre los 54 y los 83 años de edad, que cuatro de ellas acabaron en un centro sanitario y que una de ellas estaba grave, sin facilitar más datos.

Lo cierto es que Emergencias recibió un número considerable de avisos por las altas temperaturas. Son casos tipificados en principio como 'lesiones por calor', aunque luego estas personas se recuperasen y no necesitasen ser llevadas al hospital. Especialmente preocupa lo sucedido con gente que estaba trabajando: en el caso del miércoles, al menos un empleado del sector de la construcción, en Lo Pagán, se sintió indispuesto y no podía respirar cuando trabajaba a pleno sol. El día antes, en Totana, una camarera que trabajaba en un local de Lébor Alto, pedanía del citado municipio, se desplomó en su puesto de trabajo. Al lugar se movilizaron sanitarios en una ambulancia, que la atendieron in situ, sin necesidad de llevarla a un hospital.

Calor en Murcia, este martes.

Una mujer se abanica sentada en las escaleras del antiguo edificio de Hacienda, en la Gran Vía de Murcia el martes. / Juan Carlos Caval

Estas situaciones son accidentes laborales y han de ser puestos en conocimiento del Instituto de Seguridad y Salud Laboral. Cabe recordar que la Inspección de Trabajo anunció en mayo que adelantaba su campaña para controlar las medidas de prevención contra los golpes de calor, y visitarán unas 150 obras de construcción y empresas agrícolas durante este verano.

El pasado mes de mayo, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaba que se iban a aprobar varias medidas para afrontar las oleadas de calor en el ámbito de trabajo, entre las que destacaba la prohibición de algunas labores al aire libre cuando la Agencia Estatal de Meteorología lanzase avisos de alertas naranjas o rojas por calor extremo.

Desgranando lo sucedido el miércoles, minutos antes de las doce y media del mediodía, una llamada alertaba de lo que pasaba: una señora que había salido a hacer la compra había sufrido un mareo en la vía pública. Hasta el punto que no se podía levantar. Ocurría en la calle Doctor Luis Prieto, en Águilas. La mujer, aunque se encontraba consciente, apenas podía tenerse en pie. Una media hora después, en Cartagena, otro aviso a pie de puerto: un hombre sufría tal mareo que hasta se le engarrotaron las manos.

Músculos engarrotados

Sobre la misma hora, en La Manga del Mar Menor, en la zona perteneciente a San Javier, un jardinero tenía los mismos síntomas: además de engarrotamiento, muchos calambres y pies y manos.

A las tres de la tarde, otra alarma: una mujer que se encontraba pintando la fachada de su casa, un dúplex de la urbanización Nueva Marbella, en Los Alcázares, estaba indispuesta por el calor.

Otra localidad costera, San Pedro del Pinatar, era escenario de otro episoido sobre las seis y cuarto de la tarde. En concreto, en Lo Pagán, a pie de obra, en la orilla de la playa: uno de los empleados que estaba en el tajo comenzó a sentirse mal, muy mareado, y le costaba respirar.

Como cada año insisten en repetir las autoridades sanitarias, las altas temperaturas pueden causar auténticos estragos en el cuerpo hasta el punto de producir desmayos o deshidratación. Pero no todo es un golpe de calor. El trastorno ocasionado por la exposición prolongada a altas temperaturas o por el esfuerzo físico cuando hace mucho calor, se conoce como golpe de calor, y es la forma más grave de lesión por calor: se considera así cuando la temperatura del cuerpo alcanza los 40 °C o más.