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Mayores con paso firme en la Arrixaca ante el riesgo de caídas

Los centros de salud del Área I Arrixaca comienzan a implantar el programa Otago de prevención de caídas en personas mayores, con el que las enfermeras les enseñan en clases grupales ejercicios para mejorar su fuerza y equilibrio

Una enfermera en San Andrés muestra a los usuarios los ejercicios que tienen que practicar.

Una enfermera en San Andrés muestra a los usuarios los ejercicios que tienen que practicar. / L.O.

Ana García

Ana García

El 30% de los mayores de 65 años y la mitad (50%) de los mayores de 80 años sufre alguna caída a lo largo del año, caídas que representan el primer motivo por el que los mayores acuden a las consultas de urgencias hospitalarias de traumatología. Para prevenir y reducir las caídas entre las personas de más edad, el Servicio Murciano de Salud (SMS) ha apostado por el programa Otago, aunque su puesta en marcha depende de cada una de las áreas de salud, ya que son ellas las que deben costear la formación de las profesionales de enfermería y su implantación en los centros de salud de Atención Primaria.

El Área VII (Reina Sofía) ha sido pionera en este sentido, ya que fue la que empezó en 2020, año de la pandemia, con la implantación de Otago, un proyecto que ahora ha comenzado a desarrollar el Área I de la Arrixaca con el fin de extenderlo a todos sus centros de salud.

El Programa de Ejercicios Otago es un programa de prevención de caídas desarrollado por la Escuela de Medicina Otago, en Nueva Zelanda, y que ha demostrado ser eficaz en la reducción del 35% del número de caídas, así como de las lesiones relacionadas con las mismas, en las personas mayores de 65 años.

La supervisora de Continuidad de Cuidados del Área I, María Solé, explica que el objetivo final del proyecto es enseñar a personas mayores una serie de ejercicios con los que mejorarán su fuerza y equilibrio, evitando la inestabilidad al andar que en ocasiones les lleva a sufrir una caída.

En el proyecto pueden participar personas de entre 65 y más de 90 años que tengan riesgo de caídas. A estos usuarios se les enseñan un total de 24 ejercicios de calentamiento, fuerza, equilibrio y estiramientos que están clasificados en tres niveles progresivos de dificultad: principiante, intermedio y avanzado.

En este caso, Solé insiste en que el programa Otago cuenta con evidencia científica demostrada en la prevención de caídas, un trabajo que se inició de forma individual en los domicilios de los propios pacientes pero que se está extendiendo mediante la formación a grupos y clases colectivas para llegar a un mayor número de usuarios.

Fue precisamente María Solé quien viajó a Madrid representando a la Región de Murcia para formarse junto a profesionales de otras ocho comunidades autónomas en un estudio a nivel nacional financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria.

Este equipo, formado principalmente por enfermeras por su competencia contrastada en programas de prevención, promoción y educación para la salud, recibió un curso presencial de 25 horas en el que fueron acreditados como formadores de formadores. Por lo que actualmente la supervisora de Continuidad de Cuidados del Área I es la única profesional de Murcia acreditada para formar a otros profesionales para dirigir la intervención educativa a los pacientes .

Precisamente, esta semana el Hospital Virgen de la Arrixaca ha acogido dos jornadas consecutivas de formación de formadores, en las que enfermeros de distintos centros de salud del Área I han aprendido las técnicas y ejercicios para trasladarlos a los mayores durante las sesiones grupales.

En la zona del Área I ya se han formado algunos centros, uno de los que acaba de comenzar con las clases a mayores en el centro de salud de San Andrés (Murcia) y «el objetivo es extenderlo a todos los restantes», afirma la formadora.

Para que los usuarios formen parte de Otago se busca a pacientes mayores que tengan pérdidas de equilibrio, a quienes se les pasa un test para valorar si son aptos para asistir a las clases.

El proyecto se lleva a cabo durante un año, periodo durante el cual los mayores acuden a unas cinco sesiones presenciales para aprender los ejercicios, tras lo que su enfermera les hace un seguimiento telefónico para ver cómo llevan los ejercicios y si los están haciendo, ya que «si no hay una continuidad vuelven a perder la fuerza y el equilibrio que han ganado».

Las primeras cinco enfermeras a las que formó María Solé fueron del Área VII, ya que «fue el área que apostó por este programa desde el principio», recuerda. Posteriormente, y gracias al empeño a la coordinadora regional de Enfermería, Aurora Tomas, y del grupo de cuidados del IMIB donde está también Eva Abad, se formaron más enfermeras de otras zonas, concretamente en las Áreas V (Altiplano), VI (Morales Meseguer) y IX (Cieza).

La subdirectora de Enfermería del Área VII, Yolanda López, explica a La Opinión que aunque ellos comenzaron en 2020, tuvieron un parón por la pandemia de covid, por lo que decidieron enseñar a los mayores de forma individual en sus domicilios. «Ahora se hace en sesiones grupales en las que se les enseñan los ejercicios de fuerza y equilibrio y en los que llegan a usar pesas lastre tobilleras de medio kilo y un kilo».

En este caso, insiste en que es fundamental que los usuarios repitan los ejercicios en casa en sus rutinas diarias y que pueden ir desde ponerse de puntillas durante los 30 minutos que calientan la leche en el microondas o ejercitar las piernas mientras que están sentados viendo la televisión.

En el área del Reina Sofía seis de sus doce centros de salud están ofreciendo el proyecto Otago a los mayores, siendo el del barrio del Carmen el más consolidado.

Desde la Consejería de Salud aconsejan realizar actividad física moderada a las personas mayores para evitar caídas, al tiempo que señalan que otras acciones para evitar estos accidentes son revisarse la vista, eliminar obstáculos y controlar la medicación.