Historia

Medio siglo de la tienda que lo cambió todo

El Corte Inglés de Murcia celebrará el 50º aniversario de su inauguración el próximo 3 de mayo. La cadena de grandes almacenes abrió en la Región el primer centro de todo el Sureste

Fachada principal del establecimiento de El Corte Inglés tras su inauguración en Murcia.

Fachada principal del establecimiento de El Corte Inglés tras su inauguración en Murcia. / L.O.

María José Gil

María José Gil

El próximo 3 de mayo se cumplen 50 años de la inauguración de El Corte Inglés de Murcia, un acontecimiento que contribuyó a la modernización de la ciudad y que dio pie a la expansión urbanística hacia el norte. La apertura de lo que entonces se llamaba grandes almacenes causó verdadera expectación, no solo en los municipios murcianos, sino también en las provincias vecinas, y convirtió a Murcia en una capital comercial capaz de atraer a visitantes dispuestos a recorrer cientos de kilómetros para poder pasar un día visitando las secciones del establecimiento, con la misma curiosidad que mostrarían varias décadas después las generaciones que asistieron a la apertura de los centros comerciales.

Durante mucho tiempo los murcianos han visto cómo las calles del centro y las principales arterias de acceso a las autovías quedaban totalmente colapsadas los días festivos en la Comunidad Valencia, porque la ciudad se poblaba de visitantes alicantinos que llenaban las tiendas y los restaurantes más populares.

El establecimiento también recibía clientes de las provincias de Albacete, Almería y Granada, que consideraban a Murcia una ciudad de compras, porque en aquel momento no había ningún otro en todo el Sureste.

Comprar en El Corte Inglés era un signo de modernidad, pero el centro también ha sido un lugar de paseo y de entretenimiento.

La tienda llega a recibir 27.000 clientes al día en los momentos de mayor actividad y puede alcanzar los 60.000 en Navidades, según indican fuentes de la compañía.

Esta capacidad de atracción benefició también a otras actividades del sector servicios, como la Medicina, y ayudó a extender la fama de los especialistas murcianos más conocidos de la época en las provincias cercanas.

La apertura del Hospital de la Arrixaca, que fue inaugurado dos años después en El Palmar, también contribuyó a ampliar el radio de influencia de la capital murciana sobre los demás municipios de la Región y sobre las comunidades vecinas.

El centro hospitalario abrió con una plantilla integrada por miles de profesionales, lo que supuso la llegada de funcionarios con un alto poder adquisitivo.

La Región, que ahora supera el millón y medio de habitantes, no llegaba entonces a los 860.000. También el censo de población y las dimensiones de la capital, que ahora roza el medio millón de vecinos, estaban muy alejadas de las cifras actuales.

En mayo de 1973 Murcia era todavía una ciudad provinciana, en la que solo había una tienda de Galerías Preciados en la plaza Cetina y varias empresas pertenecientes a conocidas familias murcianas, como Zamora o Cerdán Hermanos, que llegaron a tener en la Gran Vía locales con dos plantas.

Con la llegada de la nueva cadena, Galerías Preciados trató de prepararse para la competencia de la empresa rival y se trasladó también a la Gran Vía, donde abrió otro gran establecimiento con varias plantas, que con el tiempo fue adquirido por los propietarios de El Corte Inglés.

Pero la apertura de los grandes almacenes supuso el aterrizaje de la primera compañía que abría una tienda como las que había en Madrid y en Barcelona, por lo que se convirtió en una verdadera atracción.

Era el primer establecimiento que ofrecía todo tipo de artículos, desde la confección, los muebles o el menaje a la ferretería y la alimentación.

La tienda de Murcia fue la sexta que se abría tras las de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao.

Su restaurante y su cafetería se pusieron rápidamente de moda y pasaron a ser el lugar habitual en el que se daba cita la sociedad local, de igual forma que antes lo habían sido los cafés más tradicionales, aunque la mayor atracción en aquella Murcia de hace medio siglo fueron las escaleras eléctricas.

El funcionamiento de la primera escalera mecánica que llegaba a la ciudad fue un tema de conversación habitual en la mayoría de las familias y en las tertulias durante semanas, porque el artilugio despertaba tanta curiosidad como prevención.

Utilizarlas era un signo de modernidad y en algunos casos hasta resultaba una aventura, por lo que era frecuente que los adolescentes se dejaran caer por la tienda al salir de clase para probarlas, aunque no tuvieran intención de comprar nada.

Quienes no se atrevían o consideraban demasiado peligrosa esta nueva forma de subir o bajar escaleras tenían la posibilidad de utilizar los ascensores, que entonces contaban con personal dedicado a preguntar a los clientes a qué piso iban.

Su aparcamiento fue, además, el primero de grandes dimensiones que se abría en la ciudad.

La inauguración de El Corte Inglés también cambió la configuración urbana de Murcia, porque supuso la expansión de la ciudad hacia el norte.

El casco urbano terminaba entonces en el edificio de los Nueve Pisos y el Palacio de San Esteban, actual sede de la presidencia del Gobierno regional, que había sido convento, hospicio y hospital psiquiátrico.

Con la construcción del centro empezaron a levantarse nuevas edificaciones en la avenida Libertad, que acabaría convirtiéndose en la calle más comercial de la capital.

El inmueble se construyó en tan sólo 10 meses en terrenos a los que llegaba la huerta. A partir de entonces se empezó a consolidar la zona norte y se completó el espacio que aún estaba sin edificar entre el casco antiguo y la plaza Circular.

Alrededor de este establecimiento y de la tienda de Galerías Preciados se creó un núcleo comercial en el que más tarde se instalaron las cadenas del grupo gallego Inditex.

La llegada de las enseñas nacionales también permitió la aparición de otros comercios locales más pequeños, de restaurantes y de todo tipo de oficinas y empresas de servicios, que trataban de situarse en torno al núcleo comercial más concurrido.

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Los antecedentes de El Corte Inglés se remontan a una saga asturiana que daría para el guión de una serie. Sus protagonistas emigraron La Habana desde finales del siglo XIX y trabajaron en la tienda El Encanto, donde aprendieron el oficio, y según se cuenta, importaron la celebración del Día de la Madre. A su regreso se produjo un distanciamiento entre dos ramas familiares, una que abrió Galerías Preciados en 1934 y otra que en 1935 compró una sastrería llamada El Corte Inglés. Esta última compró en 1995 Galerías Preciados, que había pertenecido a Rumasa.

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El Corte Inglés inaugurará la próxima semana una exposición de fotografías para conmemorar los 50 años del centro comercial de Murcia que contribuyó a convertir a la capital en un gran núcleo de servicios. La muestra incluirá imágenes que permiten ver las dimensiones de la ciudad antes de la construcción del edificio, que se levantó en el límite del casco urbano. También recogerá los momentos más destacados de la apertura, como la entrega de las llaves del centro comercial al entonces alcalde Murcia, Clemente García, por parte del director general de la compañía, Isidoro Álvarez. La inauguración de los primeros grandes almacenes que la compañía abría fuera de las grandes ciudades del país se celebró el 3 de mayo de 1973. El 29 de abril de 2004 la cadena abrió su segunda tienda de la Región en Cartagena. El establecimiento que ahora cumple medio siglo cuenta con una plantilla de 919 personas.