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Economía

La pesca en la Región, a pique

El sector pesquero regional ha perdido el 60% de los trabajadores y la mitad de la flota desde su época dorada en los años 90. Los barcos familiares salen castigados de la crisis actual en favor de las grandes empresas

La pesca en la Región, a piqueIvan Urquizar

El sector pesquero de la Región de Murcia atraviesa una crisis profunda e histórica reflejada en unos datos cada vez más negativos. Cofradías, armadores y pescadores ven cómo se apaga un oficio que dominó la actividad económica hace décadas en la costa regional, pero que hoy ha quedado relegado por otros sectores. Las causas principales del declive en este duro trabajo de echarse a la mar se pueden encontrar en el encarecimiento de los costes, la falta de relevo, el trasvase de trabajadores a otras profesiones como la agricultura, la industria o el turismo y, además, la inestabilidad salarial. Sin embargo, hay dos que sobrevuelan continuamente a esta actividad extractiva: las políticas restrictivas de la Unión Europea para garantizar los caladeros, sumado a las ayudas para el desguace de los barcos, y el cambio del modelo empresarial en los puertos donde desaparecen las embarcaciones familiares en favor de las grandes compañías pesqueras.

Desde la época dorada de la actividad en la Región, en torno al año 1995 cuando 1.274 pescadores salían a la mar para ganarse la vida, ahora sobreviven 500. Supone una reducción de más de la mitad (60,5%) de los trabajadores que tenía el sector entonces. La construcción, el aumento de la agricultura intensiva e invernaderos que demandan mucha mano de obra o el sector servicios atrajo a un perfil joven de empleados y sacó de la pesca a otros más veteranos, ya que las ganancias dependen de las capturas, lo que provoca una inestabilidad en la economía personal. Solo la crisis financiera de 2008 supuso un camino de vuelta estos trabajadores hacia la costa ante la debacle inmobiliaria. Águilas, hace casi tres décadas, era el puerto que más pescadores tenía (480), cuando ahora son sólo 80 aproximadamente.

No hay mujeres dedicadas a la pesca de la Región

En la Región de Murcia no existen mujeres dedicadas a la pesca, señala el estudio. Las cónyuges de los pescadores se han dedicado fundamentalmente a otros oficios en tierra firme como la agricultura y el sector servicios principalmente, o incluso «siendo amas de casa ‘por obligación’ ante la necesidad de hacerse cargo de los hijos por la ausencia temporal del marido».

«Hay una crisis evidente», señala Daniel Moreno, profesor de la Universidad de Córdoba y autor de un estudio que ha analizado la trayectoria del sector pesquero en la Región desde los años 80 hasta el 2020. Natural de Mazarrón, Moreno ve en este oficio «un trabajo tan duro que los padres quieren que sus hijos se busquen la vida lejos del mar». Bisnieto, nieto y sobrino de pescadores, el investigador con pasado reciente en la Universidad de Murcia, donde realizó su tesis doctoral sobre el estado de la pesca en su municipio natal, ha querido ofrecer algo de esfuerzo y apoyo a la profesión marinera desde el estudio y el análisis.

Un 2% de la flota española

La flota pesquera murciana no supone una gran representación en el contexto nacional de este sector: el porcentaje llega al 2% del total en España y solo supera en número de embarcaciones a Cantabria. Sin embargo, en 1987 los barcos amarrados a los puertos regionales llegaban a los 271; hace tres años esta cifra era de casi cien puntos menos. Si volvemos a comparar el dato actual con la época de mayor bonanza, «la caída es del 50%». El profesor del departamento de Geografía de la UMU, Ramón García, remarca que «no hay un futuro nada prometedor a corto plazo» para el sector y que en esa caída del número de embarcaciones ha tenido que ver la Política Pesquera Común.

San Pedro del Pinatar, el puerto con más embarcaciones

Con datos de 2021, el puerto pesquero de San Pedro del Pinatar era el que más barcos tenía en su flota (66), la mayoría dedicados a las artes menores típicas del Mar Menor. Cartagena tiene 43 embarcaciones, Águilas 35 y Mazarrón un total de 33. Este último municipio tiene más presencia en la pesca de cerco por las características de su bahía mientras que Cartagena destaca el palangre y en Águilas el arrastre. 

Desde 2002 Europa empezó a aprobar planes plurianuales de recuperación de especies pesqueras, lo que ha dado lugar al recorte de días en modalidades como la del arrastre, la más dañina para el medio marino pero también una de las más rentables para los marineros. Buscar el equilibrio ha supuesto guerras políticas, parones y huelgas, pero los pescadores de arrastre se encuentran ahora faenando la mitad de días (155/165 días) que en 2019. Consecuencia de ello es que ahora hay barcos a la venta en los puertos de Cartagena, Mazarrón y Águilas por la escasa rentabilidad que ahora da practicar esta técnica. «El arrastre ha provocado daños en las praderas de posidonia o los arrecifes del Mediterráneo, por eso la Unión Europea es tan dura con este tipo de actividad», señala Moreno.

Modelo de negocio

Con la intervención de la Unión Europea llegaron también las ayudas al desguace de barcos. En este sentido, esta medida resulta decisiva para entender la reducción del número de barcos en la Región de Murcia, apunta el estudio. «Si ningún familiar quiere hacerse cargo, y se les ofrece dinero por entregar el barco, es normal que acepten esa ayuda», explica García, «a esto se suma que las familias pesqueras no pueden hacer frente a las grandes firmas».

En la búsqueda de la estabilidad laboral, Moreno añade que hay pescadores que prefieren ser «asalariados» en vez de armadores de barcos, un perfil que rechaza ahora el trabajador más joven en favor de trabajar para empresas como Ricardo Fuentes e Hijos o Pescados Albaladejo. «Muchos pescadores optan por grandes barcos donde se enrolan para la pesca de arrastre o de cerco. Cambia el modelo de negocio», sentencia el investigador mazarronero. La tendencia ahora es emplear a migrantes llegados de África en busca de trabajo.

La edad media de los trabajadores es de 45,5 años

La mayor parte de los pescadores de la Región tienen edades comprendidas entre los 36 y los 49 años, siendo algo más del 20% los que cuentan con una edad superior a los 50 años, mientras que los menores de 35 años representan el 11,2%. Este fenómeno es similar en todas las cofradías de pescadores regionales, pero hay diferencias: Cartagena tiene más jóvenes mientras que uno de cada cuatro en San Pedro supera los 50 años. La edad media es de 45,5 años.

Para lograr la sostenibilidad de las especies marinas se aplican «políticas de vedas temporales, reducción de días de pesca o se fijan cuotas de desembarcos de las diferentes especies, si bien en la actualidad están prohibidos los descartes. Esto también marcará el futuro del sector, ya que si se siguen recortando los días de faena, y las compensaciones económicas por parte de la Unión Europea no son, a criterio de los pescadores, suficientes, cada vez serán más los que abandonen el oficio y busquen otros empleos», explica Daniel Moreno en su artículo.

En una de las entrevistas a pescadores, uno de ellos refleja bien la situación del sector: «En la mar no va a faltar trabajo, aunque no sabes lo que puedes llegar a ganar en un mes».

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