Entrevista | Daniel Moreno Muñoz Profesor de la Universidad de Córdoba y autor del estudio ‘La actividad pesquera extractiva en la Región (1987-2020)’

"El turismo pesquero surge como alternativa al turismo de sol y playa"

Daniel Moreno Muñoz

Daniel Moreno Muñoz / Universidad de Córdoba

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

Descendiente de pescadores, Daniel Moreno, natural de Mazarrón, ha decidido servir a esta noble y en ocasiones denostada profesión desde la investigación. En su estudio ha hecho un repaso a la historia y los datos del sector pesquero regional en las últimas décadas.

¿Qué es lo que más le impresiona de cómo está el sector ahora y cómo estaba en los años 80?

Me sorprende la reducción de la flota pesquera y la mano de obra. Estamos hablando de que en 1995 se superaban los 1.200 pescadores en activo y hoy son 500. Con los barcos ocurre lo mismo, se han desguazado muchos. Los pescadores reciben una ayuda por ello cuando se van a jubilar. Los hijos quieren dejar de ser armadores y al final se frena la actividad pesquera.

¿Qué supusieron las primeras regulaciones de Europa para esta profesión?

La Política Pesquera Común supuso un gran golpe para los pescadores. Se apostó por el denominado ‘crecimiento azul’ porque se entiende que es necesario que se repongan los caladeros de pesca. Pero si cada año se recortan los días de pesca en función de la sostenibilidad, la actividad también pierde rentabilidad. Hay que tener en cuenta que si dejan los días de pesca en 160 después de los últimos recortes, hay que sumar los días que no se sale por mal tiempo, por fallos técnicos en el barco, cuando se rompen las artes de pesca, etc. Si los pescadores no faenan o no encuentran capturas, no cobran.

¿Por qué Europa cree que los caladeros están en mal estado aquí?

Por las oscilaciones en las capturas. Un año se puede extraer mucho boquerón pero los dos años siguientes no; y lo mismo puede pasar con la gamba roja de Águilas. Europa mira qué cantidad se ha sacado de cada especie y esta es la justificación que utiliza. Imponer las cuotas pesqueras desde un sillón de Bruselas es algo injusto. Los pescadores tienen que comer y ya se enfrentan ahora a un encarecimiento del gasoil que les implica un gasto de 500 a 600 euros cada vez que salen a la mar. Prefieren tener el barco amarrado a puerto.

Daniel Moreno, en el barco pesquero familiar en Mazarrón.

Daniel Moreno, en el barco pesquero familiar en Mazarrón. / L.O.

¿Hacia dónde va a ir el sector?

Hacia la pérdida de las embarcaciones familiares. Los jóvenes no pueden hacer frente a la compra de una nueva embarcación y se enrolan en grandes barcos de las principales empresas de la Región. Prefieren tener su salario asegurado.

¿La salvación puede estar en el turismo marinero?

El turismo pesquero surge como alternativa al turismo de sol y playa, y como forma de promocionar la cultura de la pesca. Dentro de esta modalidad existe la pesca-turismo, que consiste en que el turista, bajo contraprestación económica, se embarque y contemple ‘in situ’ la faena pesquera. Esto podría realizarse en la Región de Murcia, sería conveniente su realización en embarcaciones de artes menores o arrastre debido al horario de faena. Además, en algunos lugares como Estepona te llevan cerca del lugar donde faenan las embarcaciones para ver el trabajo de los pescadores. Este método ya se utiliza en el Mar Menor.