Economía

La factura energética asfixia a una de cada cuatro familias

La Región es la segunda comunidad autónoma con el mayor porcentaje de hogares que soportan un gasto desproporcionado

Una mujer combate el frío con el brasero de una mesa camilla

Una mujer combate el frío con el brasero de una mesa camilla

María José Gil

María José Gil

La factura de la energía asfixia a casi el 25% de las familias murcianas. Uno de cada cuatro hogares de la Región soporta un gasto energético desproporcionado en función de sus ingresos, según se recoge en el informe Indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética del Ministerio para la Transición Energética correspondiente al año 2021.

El porcentaje de familias que tienen que realizar un mayor esfuerzo económico para mantener su casa a la temperatura adecuada es el segundo más elevado de todas las comunidades, solo por detrás de Extremadura, donde los hogares obligados a afrontar una factura desproporcionada alcanza el 25,3%, según los datos de 2017. En España la media se situaba en aquel momento en el 17,3%.

Ante estas dificultades, no resulta extraño que Murcia sea también la segunda comunidad con más retrasos en el pago de las facturas (13,9% de las familias), solo superada por Canarias (19,2%).

Al tratarse de comunidades con unos inviernos más benignos, el informe apunta que la desproporción en el gasto energético se debe en parte a la falta de acondicionamiento y de aislamientos adecuados de las viviendas en comparación con las comunidades del norte en las que hace más frío. De hecho, las regiones con menos hogares obligados a soportar un gasto energético desproporcionado son La Rioja (6,3%), Navarra (8,2) y País Vasco (8,8%).

En las comunidades «con clima invernal más extremo del interior peninsular y áreas de alta montaña» el porcentaje de hogares con un gasto desproporcionado se reduce al 14%, diez puntos menos que en la Región.

Murcia se sitúa también a la cabeza de las comunidades con una mayor proporción de hogares con una temperatura inadecuada en invierno, que roza el 15%, mientras que la media nacional está en el 8%.

Baleares ocupa el primer puesto (18,4%), seguida de Asturias (15,8%). Por el contrario, esta proporción se reduce al 2,2 % en Castilla y León.

También influye «el gasto en refrigeración en el período estival». Los autores recuerdan que parte del territorio español necesita un consumo inferior en calefacción, pero tiene mayores necesidades de refrigeración, tal y como ocurre en Murcia. La Región aparece, además, como la única comunidad en la que casi la mitad de los hogares no pueden mantener una temperatura adecuada en verano para protegerse del calor (42,6%), aunque este dato corresponde al año 2012, por lo que está muy desfasado. Sí es significativo en comparación con el del año 2007, cuando se reducía al 29,1% y estaba tan solo tres puntos por encima de la media nacional, lo que muestra el impacto de la crisis de 2008 en las economías familiares.

La pobreza energética se manifiesta también en el porcentaje de hogares con un consumo energético reducido (12,1%), que no se aleja demasiado de la media nacional (11,5%).

El objetivo es que solo el 8,6% de los hogares sufra para pagar

El objetivo de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética es reducir al 8,9% en 2025 el porcentaje de familias que se ven obligadas a soportar una factura energética desproporcionada de acuerdo con sus ingresos. La pretensión mínima es llegar al 12,9%, cinco puntos por debajo de la media actual, dentro de tres años. El documento difundido este jueves por el Ministerio para la Transición Energética recoge las medidas propuestas por la Unión Europea para cumplir el compromiso de «garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos», que aparece incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.

La Comisión Europea también trata de acelerar la capacidad de acceso a la energía limpia a los edificios, que representan el 40% del consumo energético. Sin embargo, señala que los cambios legislativos se están aplicando en las nuevas construcciones, pero como «dos tercios de los edificios de la Unión Europea se construyeron antes de que se establecieran los estándares de rendimientos energético y la renovación en los inmuebles se reduce al 1%, si continuamos con este ritmo, llevará 100 años renovar todo el parque de la UE».