Todos los barones y dirigentes del Partido Popular decidieron ayer permanecer en silencio ante el choque entre el líder del PP, Pablo Casado y el secretario general, Teodoro García Egea, con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Todos, salvo el presidente regional, Fernando López Miras, que aprovechó su visita ayer al Encuentro de Cuadrillas de Patiño para apoyar la gestión de Casado, y defender García Egea.
Pese a las voces dentro del partido que creen que una manera de reconducir la crisis es que se cese al ciezano, el presidente fue claro: No ve motivos para que dimita. «No lo creo, el trabajo que se ha hecho desde la dirección nacional en estos tres años ha sido bueno; un tiempo en el que se ha rearmado el partido, en el que se le ha dado un impulso después de esa moción de censura a nivel nacional que dejó al PP en una situación complicada. Tres años después, la formación no tiene nada que ver, es un partido con músculo, con ilusión y que lidera las encuestas», señaló.
Sin embargo, admitió Miras, la crisis interna por la pugna entre Ayuso y Casado está haciendo mucho daño al PP. «Lo que está pasando en estos tres días no le gusta a nadie y perjudica al PP en general, y por tanto a España y a los españoles». Según el presidente autonómico, «lo que tenemos que hacer, lo antes posible, es solucionar todos los problemas y centrarnos en lo que nos demandan los españoles, que nos preocupemos por sus problemas, que nos centremos en ellos, no en nosotros, que dejemos de hablar de cuestiones internas del Partido Popular y hablemos de este país».
Con respecto a la idoneidad de que el PP convoque cuanto antes un congreso extraordinario, tal y como y quieren la mayoría de los barones populares, López Miras se negó. «En mi opinión, el congreso debe celebrarse cuando toque, de forma ordinaria», sostuvo.
Por último, insistió en la necesidad de que se cierre de una vez el conflicto interno político y volvió a hacer un llamamiento a la calma. «Se trata de una cuestión interna del PP, con la que nadie está cómodo. No es lo que nos demandan los españoles. Es hora de poner fin a estas cuestiones que nos han tenido tres días centrados en el PP», zanjó el presidente.
La guerra fratricida entre la dirección nacional del PP e Isabel Díaz Ayuso sigue lejos de extinguirse. Uno de los últimos capítulos se vivió el sábado, con la decisión del líder del Pablo Casado de cerrar el expediente informativo abierto el pasado jueves a Díaz Ayuso, tras recibir de ésta las explicaciones requeridas sobre el contrato del que se benefició su hermano. Un poco más tarde, un nuevo comunicado del PP desmentía de manera contundente una información que aseguraba que el supuesto espionaje a la presidenta nació en el seno de la llamada ‘sala de guerra’ de García Egea. Esto ha dejado al político murciano en una posición complicada.
El último capítulo de este culebrón se vivía ayer por la tarde con la concentración en la sede del PP en Madrid de 3.000 seguidores de Ayuso, pidiendo la dimisión de Casado y García Egea.
