Otra fiesta de compromiso en el barrio del Espíritu Santo de Espinardo congregó ayer a cerca de 200 personas vestidas con sus mejores galas entre las calles Barcelona, Escuelas y Sevilla.

Hasta esa localización se desplazaron efectivos de la Policía Nacional y Local con el objetivo de disuadir a los presentes de continuar con la celebración del evento debido a la situación epidemiológica que vive la Región de Murcia y la normativa de seguridad impuesta por las autoridades sanitarias.

Los organizadores habían instalado mesas y barras en la vía pública en las que era imposible mantener la distancia de seguridad; además, muchos de ellos no llevaban colocada la mascarilla. Se trata de la segunda fiesta de pedida que congrega a cientos de personas que se realiza en la zona en una semana; la primera derivó en un macrobotellón que se extendió durante toda la noche y madrugada, pese a las intervenciones policiales.

Para impedir la misma deriva anoche, la Policía Local mantuvo (hasta la hora de cierre) un dispositivo de vigilancia en todo el barrio. Los ánimos entre los vecinos del Espíritu Santo están muy encendidos y algunos han asegurado que «estas grandes concentraciones encuentran su hueco en los periódicos y en las televisiones, pero se producen cientos de pequeños 'botelleos' todos los meses y nadie hace nada; nos sentimos desamparados porque aquí muchos creen que las normas para contener el bicho no van con ellos; el problema es que esa actitud acabará llevándose por delante a más de uno».

Otro vecino de la zona comenta indignado que «la policía tiene perfectamente identificados a los que organizan y realizan estos eventos y todavía no he visto que se les haya amonestado o multado por ello, como sí veo que hacen en otras comunidades».

Además de las fiestas de compromiso y los macrobotellones, la semana pasada organizaron un torneo de futbolín en este barrio que no contaba con los permisos pertinentes de ocupación pública y que finalmente fue disuelto por la acción de la Policía Local.

Por todo ello, como ya informó LA OPINIÓN, más de una veintena de colectivos se han unido en una plataforma vecinal Movimiento Asociativo para reclamar soluciones.