Proyecto

Los vecinos exigen protección para el Muro de la Sal de Cabo de Palos

La asociación Procabo ha solicitado a la Dirección General de Patrimonio Cultural su incoación como bien inventariado

Muro de la Sal de Cabo de Palos. | L.O.

Muro de la Sal de Cabo de Palos. | L.O. / Juan Daniel González

A principios de este año el Gobierno presentó su proyecto para remodelar la bocana de Cabo Palos. Una iniciativa impulsada por los propios empresarios del pueblo que pretende convertirla en una plaza diáfana, que haga de mirador y espacio para celebrar eventos, pero que no ha convencido a todos los vecinos. En esa zona se encuentra la Rada Salinera de Cabo de Palos, conocida popularmente como Muro de la Sal, que la Asociación para la protección de Cabo de Palos, Procabo, quiere proteger para que «no acabe lleno de cemento». Por ello, ha solicitado a la Dirección General de Patrimonio Cultural su incoación como bien inventariado, así como los restos de los espigones, muelles, saleros y el varadero con el que cuenta.

La construcción del Muro de la Sal data de 1940. La empresa Salinera Catalana lo situó en el lugar donde antes se ubicaban las cuevas en las que se instalaron los pescadores que llegaron a Cabo de Palos a principios del siglo XX. Con el fin de complementar la extracción de sal de las Salinas de Marchamalo con su transporte, la Salinera Catalana ejecutó la Rada (dársena) Salinera de Cabo de Palos, así como los espigones, muelles, saleros y el varadero necesarios para cumplir su función.

Los muros, construidos donde antes se ubicaban las cuevas en que vivían los pescadores a principios del siglo XX, fueron grandes depósitos de sal, testigos de una actividad industrial que transformó la fisonomía del puerto y revitalizó la economía de Cabo de Palos durante el pasado siglo. Hasta allí llegaba la sal procedente de las salinas de Marchamalo, para su posterior carga en pequeñas embarcaciones y su traslado a otras naves fondeadas a escasa distancia de la costa.

La sal se almacenaba en los saleros descargando por la parte superior, de donde se cogía para cargar las vagonetas y mediante las vías se llevaba al espigón para ser depositada en las barcazas. Amarraban un cabo que uniera el barco fondeado a distancia con el espigón y así iban conduciendo las barcazas de sal hasta llegar al cargadero y posteriormente volver. Del citado embarcadero se conservan parte de los ‘saleros’, una parte importante del muro original y también se pueden observar algunas estructuras metálicas, oxidadas ya, que pertenecían a la antigua instalación de raíles y fijación de cabos de unión del muro con la nave principal. Elementos que Procabo quiere proteger para que su conservación y que así no caigan en el olvido. El Muro de la Sal de Cabo de Palos está recogido en el inventario del Servicio de Patrimonio de la CARM con el número 16530 y así está contemplado en el plano del Sistema de Información Territorial (Sil) de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

Reclamo turístico

El Ayuntamiento quiere convertir la bocana en un reclamo turístico, pues actualmente la zona se encuentra degradada por la acción del mar y el viento. Llena de baches y grasa, hace la función de parking ilegal en el que se afincan muchas autocaravanas. Su intención es la de actuar en una superficie de unos 1.400 m2, en los que colocará nuevo pavimento.

En la presentación del proyecto, la alcaldesa, Noelia Arroyo, quiso dejar claro que lo habían mostrado antes de sacarlo a licitación, para «contar con el consenso y la máxima participación vecinal, de modo que puedan aportar sus propuestas y que el equipo de arquitectos pueda valorar si su aplicación es factible».