Minutos después de las nueve y cuarto de la mañana, una llamada alertaba a Emergencias de que en una tienda de piensos de animales, en la antigua carretera de Cartagena a Mazarrón, había al menos treinta personas presenciando una pelea de gallos. Al rato, otra llamada avisaba de que se estaba produciendo una reunión de entre cuarenta y cincuenta personas en el interior del mismo negocio. Al lugar, en Molinos Marfagones, se desplazaron agentes de la Policía Local de Cartagena y de la Benemérita, aunque, al llegar, no había aglomeraciones de personas, como dijeron los llamantes.

Del caso se ha hecho cargo el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que mantiene abierta una investigación y previsiblemente tomará declaración a testigos, confirman desde el Cuerpo.

Andrés José García, dueño del negocio, explicó por teléfono a LA OPINIÓN que «hace dos días se me escapó un gallo y se hirió contra una jaula en la que había otro», por lo que «lo tenía al animal curándose» y un cliente que lo vio pensó que podría tener heridas como consecuencia de una pelea y dio la voz de alarma.

García confirmó que los agentes movilizados a su tienda «le han hecho fotos» al ave, pero indicó que no llegaron a llevársela. A su juicio, «si hubieran visto indicios de maltrato», se habrían llevado tanto al gallo herido como al resto de animales que posee.

Asimismo, niega que se hubiese producido en el interior del comercio reunión alguna y apunta que si la Policía «hubiese visto gente aquí, ahora mismo estaría yo detenido». Sostiene que «la tienda tiene 200 metros cuadrados» y que, por las restricciones para tratar de frenar los contagios de coronavirus, él no permite que «más de dos personas» a la vez.

Aves con restos de sangre

García, que este mismo sábado consultó el asunto con su abogado, admitió que está investigado por maltrato animal, al tiempo que negó que en su local se hiciesen peleas de gallos.

Ahora «tengo yo que llevar al animal al veterinario para que le realice un informe. Y con mi informe, lo tengo que mandar al Seprona por correo electrónico y ellos verán si hay indicios o no» del delito que se le imputa.

«He buscado un veterinario en Cartagena y este domingo está de guardia y me hace el informe», apunta el hombre, que detalla que se lesionó tanto un gallo como «un polluelo, que ha nacido hace cuatro meses», y que presentaba restos de sangre al llegar los agentes. García comentaba que «económicamente» le era difícil llevar a las aves al veterinario, por lo que las cuidaba él.