Organizaban peleas de gallos en cocheras de Cartagena. Eran cuatro sujetos, propietarios y organizadores del torneo, con trofeos incluidos y apuestas monetarias. La Policía Nacional les desmontó el chiringuito y anunció la detención de estos cuatro individuos, impulsores de unas prácticas que acababan con los animales con los globos oculares reventados (a causa de los picotazos dados por su rival) y hasta muertos.

Una llamada anómina puso a la Policía Nacional, en primavera del año 2016, sobre la pista de estos sujetos, que fueron descubiertos en una cochera de la barriada de Lo Campano, zona tristemente conocida por la venta de estupefacientes y las continuas redadas contra el tráfico de drogas que llevan a cabo desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Cuando los agentes llegaron al sitio, se encontraron con personas alrededor de una especie de ring, en el cual aún quedaban rastros de plumas y sangre. Al lado, dentro de unas jaulas, había gallos de pelea, alguno de ellos inmóviles, gravemente heridos, con las crestas arrancadas y con los ojos destrozados a picotazos. Eran catorce animales en total, que quedaron a cargo de un centro de acogida, aunque uno de ellos no pudo sobreponerse a sus lesiones y acabó muriendo.

Del caso, investigado como un delito de maltrato animal, se hizo cargo la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Cartagena. Ahora ha salido la sentencia, dictada por un juzgado de Lo Penal y confirmada por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Cartagena.

Tal y como se lee en el relato de hechos probados, los procesados «actuando de común acuerdo y con concierto previo, se encontraban reunidos en compañía de otras personas, entre los cuales había menores de edad, en un local de Cartagena, enfrentando a catorce gallos, propiedad de los acusados, a peleas entre ellos. Como consecuencia de dichas luchas, dos de los gallos sufrieron heridas muy graves, sobre todo en la zona de la cabeza, con especial afectación a los globos oculares. Uno de los gallos, a resultas de las heridas sufridas, falleció».

Los cuatro individuos son culpables de un delito continuado de maltrato animal con resultado de muerte y condenados a doce meses de cárcel cada uno. Sin embargo, al no tener antecedentes penales o ser antecedentes no computables (los tienen, pero por otro delito y no se pueden computar al nuevo cometido al no estar en el mismo título del Código Penal), no entrarán en prisión. También se les prohíbe tener animales o trabajar con ellos durante un periodo de dos años.

Según los datos que manejan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, donde más se celebran estas peleas es por la costa del Levante (Valencia, Castellón y Murcia a la cabeza) y en las Islas Baleares.

La regulación sobre peleas de gallos es competencia de las comunidades autónomas. En Andalucía y Canarias se permiten, aunque no se puede apostar.