«Si yo fuera el responsable de los juzgados de Palma, claro que citaría a declarar a la Infanta Cristina. Si formaba parte de unas sociedades, algo sabe».

Así de contundente se mostraba en una entrevista de 2012 de ´La Nueva España´ el magistrado del Tribunal Supremo José Ramón Soriano (Soneja, Castellón, 1945), quien ahora se ha declarado competente para investigar a la alcaldesa Pilar Barreiro en el caso ´Novo Carthago´.

Entonces, el magistrado, casado con ´Miss España 1974´ e ideológicamente situado «en un centro que con el paso de los años se ha ido escorando a la derecha», agregaba que «parece que la mayor responsabilidad es la del marido -Iñaki Urdangarín-, pero él arrastró a la compañera, que no parece una persona tonta. Citarla contribuiría a que el ciudadano creyera en la justicia. No se la puede dejar fuera ni evitar que declare, porque no tiene ningún privilegio».

Y es que, según Soriano, «la Justicia está bastante deteriorada; pero no se trata de ahora, es algo que viene de lejos porque nunca se la ha atendido como es debido. No da votos y tanto a nivel de personal (jueces y funcionarios) como en medios ha estado siempre dejada porque no era rentable políticamente».

Asimismo, el magistrado del Supremo, que llegó al Alto Tribunal desde la presidencia de la Audiencia de Alicante hace catorce años, afirmaba que «los jueces actúan con rectitud, aunque no se puede evitar que cada uno tenga su tendencia, pero los nombramientos de los altos órganos de la justicia están viciados desde el principio porque dependen de los políticos. Y los políticos deben intervenir porque el Parlamento representa al pueblo, pero hasta un punto».

Decía Soriano sobre el castigo penal para los malos gestores públicos que «el problema es delimitar cuándo se trata de una actuación política con riesgo de que resulte o no y cuándo de una actuación irresponsable. El político que gaste más de lo que debe ha de empezar a responder por ello. Donde quizá la ley no pueda entrar es en el modo en que el representante público invierta su presupuesto siempre que no se superen los límites de gasto».