Tres de los cinco hermanos de Diego y otros dos familiares seguían ayer en cala Cortina la labor de la Policía ante el cadáver de Diego. Desconsolados, no podrían reprimir las lágrimas, aunque el hermano mayor pidió a los agentes que hagan todo lo posible para coger a los culpables de lo ocurrido. La familia prefiere no dar detalles sobre la investigación, pero Enrique sí recordó que su hermano Diego le llamó dos veces diciendo que le estaban amenazando. «Dije que mi hermano estaría muerto, pero me hubiera gustado equivocarme», resaltó.