Aunque vive desde hace años en Valencia, Toño Piñeiro soñaba con volver a su tierra natal en Lugo (Galicia). Para conseguirlo, compró una casa abandonada en la aldea de A Pousada (Sober) con la intención de ir restaurándola durante los períodos de vacaciones en verano y Navidad.

El inmueble, escondido en las inmediaciones del maravilloso Cañón del Sil, no solo escondía el secreto para devolver a Toño a su lugar de origen. La casa que el lucense estaba restaurando con sus propias manos albergaba un tesoro de hasta 9 millones de pesetas que, finalmente, se han convertido en un amargo descubrimiento.

Cuando Toño comenzó a rehabilitar la vivienda, fue encontrando botes de Nesquik con dinero escondido (probablemente, para proteger los billetes de la humedad). En total, todo el efectivo escondido en la casa suma un total de 9 millones de pesetas: el equivalente a unos nada despreciables 54.000€.

Nueve estériles millones de pesetas

La tragedia llegó cuando Toño descubrió que, desde el 30 de junio de 2021, el Banco de España no permite más cambios de pesetas a euros. Hasta la fecha, llegó a cambiar los primeros 5 millones de pesetas (unas 30.000 que ha reinvertido en la reforma), que sumadas a los 4 últimos millones habrían hecho un total de 54.000€, según el diario El Progreso.