Un cirujano y dos anestesistas de una clínica hospitalaria de Murcia deberán declarar hoy como imputados en el Juzgado de Instrucción tras la denuncia por mala praxis médica presentada contra ellos por los familiares de un hombre que falleció tras ser sometido a una intervención quirúrgica.

En su querella, estos familiares expusieron que su padre, A.G.B., que fue profesor de un instituto de Murcia, de 64 años de edad, falleció en mayo de 2012 tras haber sido intervenido en la clínica La Vega de Murcia al detectársele un pólipo en una revisión preventiva de colonoscopia.

Cuando se encontraba en reanimación, siempre según la denuncia, comenzó a tener molestias, comprobándose después que había perdido un tercio de la sangre total como consecuencia de una hemorragia. Ante esta situación, se le comenzó a transfundir un único concentrado de hematíes, presentando por la noche dos nuevos episodios de abundante emisión de sangre.

El paciente tuvo que ser intervenido de nuevo, sin que se consiguiera evitar un fatal desenlace, debido, según los querellantes, a que no recibió la atención debida desde que se detectó la primera hemorragia y, especialmente, porque no fue ingresado en la UCI por falta de camas libres tras la segunda operación.