El Real Murcia de José Manuel Aira ha ido sobreponiéndose esta campaña a todas las adversidades. Una de ellas ha sido jugar en césped artificial, una superficie que muchos futbolistas del conjunto grana llevaban años sin pisar. Y el resultado no ha podido ser mejor. Hasta el momento, los de Aira han conseguido tres triunfos en sus tres visitas a campos con superficie de hierba sintética. Pero el pleno podría llegar este domingo con un triunfo en el estadio del Guijuelo, donde los murcianistas cerrarán su competición a domicilio en esta liga regular del Grupo I de Segunda B.

La primera prueba en esa superficie llegó el 28 de septiembre, día en el que fijó el encuentro ante el Langreo en el campo del Ganzábal. Para preparar a los jugadores en ese terreno, José Manuel Aira organizó el último entrenamiento de la semana, el que siempre realizan el día antes del partido en la zona a jugar, en unas instalaciones con césped artificial. La adaptación de los granas no pudo ser mejor. Aquel día el Real Murcia se imponía por 0-2 con goles de Arturo y Carrillo.

Hubo que esperar hasta el 4 de enero para que esa superficie que tanto temen los futbolistas profesionales se cruzasen de nuevo con un campo de hierba sintética. Fue en su visita al filial del Valladolid B y el resultado volvió a ser positivo, ya que el encuentro también acabó con victoria (0-1).

Más complicado, pese a lo abultado del resultado final (1-4), fue la visita a Tanos para jugar en el campo del Tropezón, donde los futbolistas de Aira se encontraron con un terreno de juego en muy malas condiciones. Sin embargo, la hierba artificial volvió a traer suerte a los murcianistas, que este domingo (18.00 horas) en el Municipal de Guijuelo buscarán el pleno con su último partido en esa superficie.